jueves, 24 de febrero de 2011

Sobre trampas y confesiones

(Mirad qué niño más bueno soy)

Muchas veces he ido, a pesar de ser un completo don nadie, de salvador del periodismo puro y verdadero, aún no sabiendo lo que ello significa. Y creo que eso da una impresión lejana a la realidad. Soy tan pecador como el que más.

Sí, yo he publicado noticias que se demostraron falsas. Obviamente, en el momento de escribirlas creía que eran ciertas, tanto por su verosimilitud, como porque la fuente era creíble, como la noticia de que Giancarlo Fisichella se montaría en el Hispania F110. Pero a veces las cosas se tuercen, y quizás los periodistas o aprendices de periodista nos aprovechamos del gran torrente informativo para esperar a que todo el mundo se olvide de la cagada. Por eso, os pido perdón.

Sí, yo he dado coba a rumores con poco o ningún fundamento. Ahora con el Twitter, no necesito manchar tanto el medio para el que escriba, ya que con retwittear a la fuente original, basta, pero alguna que otra vez he informado de que se cocía algún rumor que no se pareció en ningún momento a una posible noticia, como que las World Series podían perder el apoyo de Renault, o sí, como que Minardi volvía a la competición. Y aunque haya citado en esos casos a la fuente, he contribuido al caos informativo. Por eso también os pido perdón.

Sí, yo también he robado declaraciones. En la medida de lo posible, suelo tratar de citar o linkear a la fuente original de unas declaraciones, pero cuando de hacer popurrí de comentarios se trata, es imposible nombrar uno a uno a todos los medios de los que se sacan esas palabras. Sí, intento sacar el máximo partido a las notas de prensa, algo que en cierto modo alivia la incomodidad que supone tener que ponerse el atuendo de pirata, pero alguna vez terminas mordiendo la manzana podrida. Y por eso también os pido perdón.

Sí, yo también he robado fotos. Esto es aún más grave. Pero se hace. Y yo lo he hecho. Vamos, lo hago cada vez que publico una entrada en este blog. Pero también lo he hecho con ánimo de lucro, por cumplir una necesidad que a todas luces era inexistente, como la de ilustrar una noticia perfectamente prescindible. Y por esto debo pedir perdón también.

Sí, yo me he dejado llevar por los forofismos. Aunque esto es algo que nunca me ha costado reconocer, porque mis filias y fobias son de sobra conocidas para cualquiera que me siga desde hace tiempo, ya sea en foros, en Twitter o en este blog, sé que está mal. Y como más de una vez me he llevado un zas en toda la boca bien merecido (Danica Patrick, Jaime Alguersuari para bien; Hispania para mal, entre otros), también por esto os pido perdón.

Sí, yo también me he peleado con los lectores. Escudado por la distancia protectora que ofrece la pantalla de ordenador, me he pegado con decenas de foreros y comentaristas, algunos merecida (como los trolles de la web de GPActual)y otros inmerecidamente (a través de mails). Una cosa es mantener un diálogo sosegado, y otra cosa es atacar violentamente. Así que también pido perdón por esto.

Sí, también he mostrado una falta de respeto total y absoluta por compañeros de profesión. Y aquí no hace falta que dé ejemplos. Me he escudado en mi particular estatus (medio periodista, medio aficionado, en realidad nadie) para repartir hostias a diestro y siniestro que algún día me darán de lleno cual efecto boomerang. Y aunque nunca me cansaré de repetir que una cosa es qué clase de periodista eres, y otra cómo eres como persona, un insulto es un insulto. Y días de insultos, son lo que son. Así que no sirve de excusa: os pido perdón por ello también.

Y tras este acto de autoflagelación y expiación de mis pecados, con el que me he quedado a gusto conmigo mismo, queda inaugurado el curso periodístico 2011. Trataré de no cometer los mismos errores...

... pero cual noble de no hace tantos siglos, en cuanto acabe esta confesión volveré a pecar. Y aún más grave si cabe. En todo caso, aquí queda retratada mi otra cara. Para que me echéis la mierda encima cuando queráis.

P.S: Y sabiendo esto, ya sabéis qué grado de fiabilidad dar a lo que yo diga o comente. O no.
P.S 2: Perdón por la ausencia de varios días en el blog. La universidad y la familia son, junto al automovilismo e Internet, de lo poquito que me queda, y cuando se juntan, aprietan y ahogan.

7 comentarios:

  1. Buena confesión y poco ánimo de contricción (¿era así, verdad?).
    Hace un par de días leí que un medio peridístico había manipulado una foto para no se qué de demostrar algo de un fuera de juego (ya ves que no soy muy futbolero y no me quedé con los datos) y luego pedían disculpas, pero las tuyas me suenan a sinceridad, las suyas a conveniencia.
    Después de leerte hoy, aún confío más en ti.

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  2. Si lo llamamos contrición, mejor... No sé cómo enseñan en las escuelas la ortografía... que no soy tan viejo, pero con 31 años lo parezco, por venir de la EGB y el BUP, jaja. Inflación, superación...
    Estos post son los que hacen grande a su autor, por encima de concordar o nrecono con las opiniones que se vierten en el blog.
    Con lo cual, como lector del post (pero no comentarista), y como periodista (reconvertido al mundo comercial, eso sí), vaya mi felicitación para Eloy... Saludos,

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  3. Gracias a los dos por los comentarios.

    Más que falta de contrición, mucha resignación. Pero bueno, al menos me queda la satisfacción de no ser tampoco un completo hipócrita :)

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  4. Estas cosas engrandecen a uno como persona y como profesional.
    ¡Bravo! y que cunda el ejemplo.

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  5. "Trataré de no cometer los mismos errores..."

    Eso es lo que importa y te hace grande.

    Saludos

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  6. Eloy, no acabo de entenderte. Todo me suena un poco a "justificación" por adelantado, con lo que malo por tu parte.
    Tambien podria ser un humor un poco "negro" que no acabo de pillar, con lo que malo por mi parte.
    En fin, bajo mi punto de vista creo que todo ya es lo suficientemente complicado para que nuestros principios se tambaleen, pero no por ello debemos de dejar de intentar mantenerlos firmes cada dia.

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  7. No creo que se pueda entender todo lo que suelo escribir aquí, porque lo hago según estados de ánimo.

    No busco ni el aplauso, ni la palmadita en la espalda, ni la justificación, simplemente, si quiero ser periodista, pienso que me debo al lector, y por ello es necesario que sepa todo lo que hay y hago. Así cada uno se podrá formar su opinión fundamentada.

    Un saludo

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