viernes, 18 de marzo de 2011

Sobre los llamados rallyes de resistencia

(Jorge Recalde, un habitual del Rally de Argentina "largo")

Si soléis escuchar GPCast, os habréis enterado gracias al último de la pequeña crisis que vive el Mundial de Rallyes al respecto del calendario para la temporada 2012. Como viene siendo desafortunadamente habitual ya, los intereses de la FIA y los de las marcas son diametralmente opuestos. Y lo que es peor, esta vez es la FIA la que tiene razón... al menos en mi opinión.

Como bien sabréis, uno de los principales objetivos de Jean Todt durante su mandato al frente de la FIA es renovar y recuperar el Mundial de Rallyes, y por ahora se puede decir que el francés está teniendo cierto éxito, especialmente si obviamos decisiones discutibles como la de la muerte por decreto de los S2000 o las restricciones en la entrada de fabricantes de neumáticos.

Ahora el caballo de batalla es la longitud de los rallyes puntuables para el Mundial y su localización. Así, a la habitual batalla por reducir el calendario, en la que hay que satisfacer intereses de las marcas, tradición de la prueba, y calidad de la organización, se suma el aumento de kilometraje que Jean Todt quiere provocar, para así recuperar parte del espíritu de los rallyes.

La idea, según se ha filtrado, sería combinar rallyes al sprint en dos etapas (como Finlandia), pruebas de tipo medio, con tres o cuatro etapas, y rallyes de resistencia pura y dura de cinco etapas y gran kilometraje (hasta 800 kilómetros), llegando incluso a atravesar varios países.

Precisamente es este último modelo el que no le hace ninguna gracia a los equipos oficiales. Si bien Petter Solberg se ha mostrado encantado con la idea (y sus razones tiene...), en Citroën y Ford ya han puesto el grito en el cielo.

El primero en quejarse, ni más ni menos que Sébastien Loeb, declarando más o menos que si el futuro de los rallyes es eso, que él ya se hizo un Safari y bastante tuvo. Pues nada, el francés verá. Soy uno de sus máximos defensores, pero si se niega a este tipo de cosas, no hará más que dar la razón a quienes dicen que no es un gran campeón. Uno de esos (creo que todos pensamos en los mismos) jamás diría que "si puedo estar un día más en casa, mejor".

Otros que tendrían mucho que callar son los de Ford. Gerard Queen, a quien le agradezco enormemente que atienda a los fans por Twitter, pero que obviamente se limita a defender el chiringo de Wilson, ha venido a decir que si montan rallyes largos y lejanos, la FIA se va a cargar los equipos privados... Y yo me pregunto, ¿qué privados? ¿Los que van a un rally como de veraneo, esperando encontrarse la carpa y el coche ya montados por M-Sport? ¿Realmente nos interesan?

Me cuesta entender tanto rechazo. Más allá de si formo o dejo de formar parte de ése grupo de aficionados románticos que echan de menos rallyes de otra época, la idea me parece brillante. No sólo deja a los organizadores libertad absoluta para escoger el esquema que más les convenga, sino que permite también rentabilizar los desplazamientos: si hay que ir a Argentina, a las marcas les será más rentable a nivel publicitario pasar también por Uruguay que cruzar un único país, y al aumentar el recorrido ofreces tanto más kilometraje por menor coste, como más posibilidades para que los privados puntúen, al tratarse de rallyes más duros.

Además, al cruzar varios países, se resuelven algunos de los problemas de calendario. Por ejemplo, Suecia pretende tener toda una etapa en Noruega (algo que Solberg u Ostberg aplauden hasta sangrar), por lo que se matan dos pájaros de un tiro. Otro tanto ocurriría en Sudamérica, como podría ocurrir en México y EEUU, o como se pretende de cara a 2013 en Polonia y los países bálticos. Por no hablar de la tan deseada vuelta del Rally Safari...

Sí, un rally de este tipo es más costoso que uno de los actuales, pero si con ello se logra reducir el calendario a doce pruebas, y los privados tienen opciones reales de ir a hacer "su rally" y terminar llevándose premio... lo siento mucho, esto es lo que hay, y a quien no le guste, que se vaya. O al menos esa es la postura que debería adoptar la FIA.

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