jueves, 8 de septiembre de 2011

Sobre la llegada y mi modo guiri


Para quien lo dudase, sí, al final llegué sano y salvo a París. Antes, hubo que coger el AVE Málaga-Madrid, recoger unos papeles de la Universidad, ver a un par de amigos a los que espero ver antes del año que viene, y sufrir el trenhotel Francisco de Goya. Y digo bien sufrir.

Que estuviera en un estado deplorable, me lo esperaba, del mismo modo que tampoco podía pedir milagros de los llamados "asientos superreclinables". Pero las diversas paradas sin explicación por todo el País Vasco, incluyendo una de cuarenta minutos en Hernani, terminaron por convertirse en un retraso de una hora sobre el horario previsto de llegada.

Acojonado, llamé a la persona que debía darme las llaves del piso para avisar del retraso. Finalmente llegué antes que ella, para una espera que finalmente no sirvió de nada: no traía la llave del portal. Por suerte, alguien nos abrió desde fuera, y empezamos la inspección.

Por lo visto, un perito debe hacer un resumen del estado del piso antes de la entrega de llaves. Y digo bien piso, porque aunque vivo en una residencia, es más bien un portal donde todos somos estudiantes, y cada uno va a su bola... Sobre la habitación, tengo poco que decir. Lavabo rajado, uno de los hornillos no funciona, no hay agua caliente, y además, queda mucho trabajo por hacer, pero bueno, es lo que hay.


Terminada la inspección, indagué dónde podría comer, para luego irme hasta la Maison Internationale de París 1 a solucionar todos mis problemas académicos. La verdad es que, cuando llegué allí, y ví a una docena de estudiantes extranjeros tan perdidos como yo o más, me acojoné. Pensé que me iban a despachar de cualquier manera, dejándome con el culo al aire.

Nada más lejos de la realidad. Tras unos minutos de espera, pasé al despacho del responsable Erasmus. Sólo un saludo, sin presentación ni nombres, le bastó para saber quién era yo: prefiero no saber cómo lo adivinó... De todos modos, no me puedo quejar ni mucho menos.

Esta persona se portó de maravilla conmigo, y tras comprobar que hablaba francés de forma más o menos fluida, y explicarle que pasé un Bac Económico, aceptó intentar meterme como estudiante de Económicas, en lugar de Artes Plásticas. A pesar de que no había sitio libre, logró convencer a sus colegas por teléfono, y gracias a él ya he dado un pasito más en esta aventura del Erasmus. De acuerdo, los dos años de Economía que llevo de retraso son una invitación a que acaba con el culo reventado, pero sinceramente prefiero esto y acabar con la sensación de haber aprendido cosas valiosas de cara al futuro.


Con el tema académico ya encarrilado, tenía toda la tarde del miércoles para hacer el guiri por París. Así que pasé del 13ème arrondissement, al 5ème, visitando el Panteón (puto dedo) y la zona de Derecho de La Sorbona; crucé el Sena, y tras girar a la izquierda, pasé por el Louvre, el Jardin des Tuileries, la Plaza de la Concordia (con parada obligatoria en la sede de "los Canteros" XD), y finalmente los Campos Elíseos.


Tras acordarme brevemente de la canción que nos hicieron aprender en el colegio, me puse a buscar los concesionarios de la Avenida. A ver, no es que no me interesen el resto de atracciones que hay allí, pero para ser el primer día, es un buen comienzo: Citroën, donde me encontré una maqueta a escala real del DS3 WRC y me compré la autobiografía de Guy Fréquelin; Renault, plagada de todos sus concepts eléctricos; Toyota, prácticamente vacía al estar realizándose otro evento en el Grand Palais a esas horas, creo que con Yaris idénticos venidos de todos los departamentos franceses; Peugeot y Mercedes.

A las 18:00 ya empecé a tener miedo por lo difícil que sería cenar cerca de casa, además de sufrir los dolores ya habituales en mi pierna izquierda (aunque viene a ser lo normal tras cascarse 7,8 kilómetros por el centro de París, un #iron_nerd en toda regla), así que tomé el Metro para volver a casa. Un Metro, que aunque es cierto que está algo más descuidado que el de Madrid, aún en plena renovación, me gusta mucho, con una gran frecuencia de trenes que hace rápido cualquier viaje. A ver si me saco pronto la Carte Imagine-R...

Al final, tocó cenar sandwiches kosher. Y es que mi calle es un poco particular: los primeros números son más bien musulmanes, los últimos, judíos ultraortodoxos. Y frente a mi portal, lo que parece un centro de acogida para subsaharianos... De todos modos, no me quejo: la parte judía tiene una gran variedad de tiendas de alimentación, y cenar por 6€ es como para no quejarse. Además, deja estampas curiosas, como el típico kinki de extrarradio con kipá. Le faltaban, eso sí, los orillos y las mechas rubias para recordarme a los canis españoles. Qué lástima.

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Me levanto a las 8:30. Es día de compras. Primero, parada en una panadería para comprarme una "vienesa con pepitas de chocolate". Luego, compra matinal de prensa: si ayer ya encontré Auto-Hebdo y Échappement, hoy tocaban Échappement Classique, Compte-Tours y Kart Mag. Además, me llevo L'Équipe con France Football... sin darme cuenta de que se trata de una promoción del periódico del martes. ¡Ouch, alguna novatada tenía que pagar!

Paso al súper. Compro reservas para el desayuno, ya que el fin de semana promete ser largo, además de los indispensables (agua, papel) y una papelera, que la habitación está demasiado desprovista de todo. También me paro en la farmacia, donde pido una esponja. Me preguntan que si la quiero para bebés o para niños... Ejem... La mujer me mira raro, supongo que los dos añitos casi sin hablar francés cuestan.

Tras volver a la habitación, me decido a seguir completando el mobiliario, algo para lo cual decido irme hasta el Centro Comercial Le Millénaire, estrenado el pasado mes de Mayo, y que es actualmente el más grande de Francia. Está en Aubervilliers. Parece una gran excursión, pero la realidad es que me he ido andando, puesto que está justo al lado de la ronda de circunvalación (que se cruza con un puente que preside este curioso mosaico) que separa el París "intramuros" de la "banlieue", que es lo que realmente hace enorme a esta ciudad.

Como el metro sirve mal aquella zona, me voy andando. Tres kilómetros ida, tres vuelta. Parada en la Fnac, donde me quiero llevar todo (ediciones especiales de Michel Vaillant, incluida una sobre Prost y Senna, libros sobre automovilismo, guías para novatos en rugby, etc...). Al final me llevo un libro de dopaje. ¿Soy demasiado tendencioso? Bueno... Me hice la pregunta "¿Qué es lo que hay aquí y no voy a encontrar jamás en España?", y me respondí eso.

También he visto una TV de plasma de 90€, pero visto el paseíto que me esperaba, preferí llevarme cosas más indispensables: perchas, una lámpara de mesa, dado que sólo hay una luz en el techo de mi cuarto, una lámpara de las que se pegan en la pared, vasos, y ropa de cama. Y me apunto lo de la tele para este finde, obviamente.

De vuelta, tuve la oportunidad de conocer un poquito mejor mi barrio. Además de su multiculturalidad, me sorprendió ver la cantidad de calles y avenidas cuyos nombres están dedicados a la IIª Guerra Mundial... y obviamente, a batallas (Stalingrado, Crimea) que Francia no ganó... Por romper, me hizo gracia esta otra callejuela, que porta el nombre de la esposa de quien cedió los terrenos para su construcción.

Además, tuve la oportunidad de sufrir lo que es tener un puente levadizo en tu barrio... Espero que no tenga muchos encontronazos con él, ¡porque vaya suplicio! Pero si este es uno de los mayores problemas que me encuentro por aquí, bendito sea... ¡Y perdón por el tocho!


8 comentarios:

  1. Veo que el metro de París no ha cambiado mucho desde que estuve hace unos cuantos años. Allí las cucarachas no sorprenden.

    Curioso lo del puente levadizo.

    Mucho cuidadito con la Fnac, es un peligro. Anda que no lo sabré yo de la de Madrid, y encima hoy han abierto una nueva en la Castellana

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  2. Veo que de momento las cosas te van bien. Me alegro por ti ;)
    A ver si te acercas a Le Mans en Junio, ¿no? Que no es que esté muy cerca de París, pero habrá que ir xD

    Mucha suerte :)

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  3. Yo también conocía ya el Metro, y más en esta zona, donde estaban aún más degradado si cabe la última vez que vine por estos lares (2006, creo).

    De todos modos, como digo están renovando tanto trenes como estaciones. ¡Eso sí, los horribles ladrillos blancos los mantienen, cambiándolos por unos nuevos!

    La Fnac en España no me gusta tanto como la de aquí, más que nada porque aquí se cuida mucho más la sección de libros y cómics. Cuestión de culturas, supongo.

    Y Le Mans es un proyecto ya en mente, por supuesto.

    ¡Gracias por comentar, que siempre leo los comentarios aunque no responda! :p

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  4. Vaya, yo q queria q me pintaras un cuadro para mi casa, y vas y consigues q te cambien de carrera jijiji
    Nas fuera de coñas, me alegra q lo peor q te pase es q tengas en tu barrio un puente levadizo.
    Cuidate mucho ;)

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  5. La falta de escaleras mecánicas en todo el Metro de París va a ser determinante para tu Iron_nerd xD

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  6. Me alegro mucho de que las cosas hayan empezado tan bien después de todos los problemas que tuviste antes de irte. Mucha suerte en lo que venga y sigue escribiendo tochos, que uno pasa un rato divertido leyéndolos. ;)

    Un saludo

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  7. Mucha suerte amigo Eloy!!! espero verte pronto, aunque estoy seguro que te abrirás camino allí.

    Un fuerte abrazo.

    Alberto G.

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  8. O sea que estuviste 40 minutos parado en mi humilde pueblo....de saberlo te hubiera llevado el avituallamiento, jeje.

    Que disfrutes de tu estancia y que podamos aprovechar la French connection.

    Sldos

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