lunes, 18 de octubre de 2010

Sobre la "silly season"

(No hablo sólo de IndyCar, pero entenderéis mejor esta foto tras leer la entrada: PCM y Mario Domínguez protagonizaron uno de los grandes momentos del Bump Day moderno en 2008...)

Si sois grandes seguidores de GPCast, habréis oído este término en boca del Lince del Paddock, cuando hablaba de competiciones americanas. Pero no es una expresión exclusiva de los campeonatos yanquis, sino cómo denominan los anglosajones a la “temporada de fichajes, rumores y chismorreos variados”, sea cual sea el deporte.

Y aunque suene sensacionalista, creo que esta es la época que más gusta a los periodistas y/o aficionados venidos a más, en especial con esto de Internet. Vamos, para mí, esbozar listas de inscritos antes de su publicación oficial es como rellenar un álbum de cromos para un niño pequeño, y más de un compañero me ha reconocido que ya desde muy pequeño, escribía listas fantasiosas sobre qué equipos iban a correr, por ejemplo, las 24h de Daytona. Al estilo de quien hace un once con los mejores futbolistas del momento, aunque quizás la magia de esto se haya perdido con el FIFA y el Pro...

Pero esto es la vida real, y puede dar giros tremendos, que no hacen sino añadir emoción y grados de dificultad al reto de encontrar fuentes fiables y que sólo unos pocos manejen. Tampoco me voy a echar ningunas flores, pero debido a mi total incapacidad para las relaciones sociales, me basta con encontrar un par de foros o webs que me ofrezcan valiosos cotilleos con los que hacerme alguna pajilla mental, y así rellenar mi lista de turno.

Y cuando digo lista de turno, va totalmente en serio, siempre manejo alguna lista fantasiosa, en especial con los grandes eventos. Por ejemplo, en la pretemporada (o incluso mediada la temporada anterior) cobra protagonismo quién correrá el Mundial de F1 o el Mundial de Rallyes, y quizás esto explique parte de mi “cariño” por los equipos pobres o los gentlemen drivers (sin pasarse, Wilson o Rautenbach no se merecen entrar en dicha categoría), cuyas apariciones a última hora suponen un regalo de Navidad retrasado para gente como yo.

También me emociona adivinar quién y cuántos serán los participantes del Rallye Montecarlo, especialmente ahora que éste forma parte del IRC y es una auténtica caja de sorpresas, con pilotos venidos de medio mundo y/o semidesconocidos. Además, el ACM también se da cuenta del morbo que todo esto provoca, y van soltando pildoritas en la prensa o en foros franceses, para así calentar motores meses antes de la disputa de la prueba.

Desgraciadamente entre el Montecarlo y las otras grandes pruebas del automovilismo mundial, como las 500 Millas de Indianápolis o las 24h de Le Mans hay unos cuantos meses de diferencia, pero se soliviantan gracias a la “silly season”, y de muy distinta manera.

Por ejemplo, los yankees tienen el “sentido del espectáculo” (@SanchezdeCastro dixit) tremendamente desarrollado, y dejan inscribir incluso más monoplazas de los existentes, a razón de dos por dorsal. Así, te puedes encontrar con una lista de 78 monoplazas inscritos, algunos como chasis de reserva, aunque sólo haya 24 pilotos que corran habitualmente el campeonato. ¿Y los huecos restantes? El Indianápolis Motor Speedway admite hasta 33 pilotos, así que los equipos van buscando patrocinadores para poner a pilotos extra en sus monoplazas, y si se logran financiar más de 33 coches, la fiesta está servida: la parrilla de decide por eliminación.

En eso consiste el grandioso “Bump Day”, o última jornada de claificación. Si no has logrado clasificarte a la primera en el “Pole Day” (actualmente, el día anterior), entonces te tocará arriesgar y marcar tiempo entre los 33 mejores. Y si tienes coches de sobra, y no te fías de uno de tus pilotos inscritos, puedes coger a alguno de los pilotos que esperan su oportunidad en los garajes, a sabiendas de la cantidad de cambios que se producen por minutos junto a la Pagoda.

Esta “peculiar” manera de definir quién corre y quién no es una auténtica mina para cualquier periodista, y se vuelve aún más divertida cuando son los propios pilotos los que dicen vía Twitter que están hablando con X o Y equipo, a falta de dos horas para que se cierre el plazo para marcar vuelta… por no hablar de las fantasmadas y rumores, como el que se le atribuyó a A.J. Foyt este año, y que sugería que si Milka Duno lograba colarse entre los 33 mejores, pagaba a quien sea para echarla como fuera, aunque siniestrase alguno de sus monoplazas… ¿Es o no es divertido?

Las 24h de Le Mans llegaron a tener en su día jornadas de clasificación, aunque ahora el Automobile Club de l’Ouest prefiere conceder invitaciones a los mejores equipos de las Le Mans Series, ALMS o ILMC. Aún así, algunos equipos renuncian por problemas financieros o logísticos, y eso abre la veda.

En el caso de los franceses, lo tienen todo mucho mejor montado, y suelen organizar una rueda de prensa, retransmitida a través de su web oficial, en la que van dando uno a uno los nombres de los 55 equipos invitados. Y por si falla alguno, hay lista de reserva. Y esta siempre termina por ser utilizada, para mayor gloria de quienes disfrutamos con el mercado de altas y bajas, cuales cromos de las últimas páginas de los álbumes de Este y Panini.

Evidentemente, el término “silly season” no se queda ahí, y se puede disfrutar haciendo listas de inscritos de otras pruebas, como yo hago, por ejemplo, con el Barum, o de las pruebas que más cerca te quedan, pero lo que no cambia es la sensación casi de vacío que se te queda al ver la lista oficial, siempre esperando que hubiera una sorpresa de última hora. Y no es que no la hubiera, es que la sorpresa de muchos, era el rumor que tú habías leído dos semanas antes. Por eso, ése vacío no es ni mucho menos una desilusión, y te empuja a volver a hacerlo el año que viene, aunque sea por lo divertidas que fueron las semanas previas.

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