lunes, 7 de febrero de 2011
Sobre el accidente de Kubica
Ya con el piloto polaco estable, que no en perfecto estado de salud, creo que deja de ser irrespetuoso comenzar a debatir sobre su accidente y la conveniencia o no de que Robert estuviera corriendo un rallye, siendo su especialidad los monoplazas.
Evidentemente, los que ya me conocéis sabréis de sobra que jamás podré culpar a un piloto por probar en otra especialidad, y mucho menos llamarle "estúpido", como osó hacer uno de los grandes de la fotografía (y de poco más, visto lo visto), en cuanto a Fórmula 1, como Darren Heath.
Éste se escudó en que Vettel, Hamilton o Fernando Alonso jamás hubieran cometido tal "estupidez". Primero, lo pongo en duda, teniendo en cuenta que Vettel ya dijo en su momento que le gustaría probar suerte en los rallyes, y luego, quizás, para mi al menos, ése sería un defecto.
Significaría que ser piloto de F1 es una simple profesión, alejada de cualquier sentimentalismo. Pues vale. Pero Robert, no era sólo piloto de F1; era piloto de carreras. Y ahí sí entran en juego los sentimientos, la pasión, la obsesión. La misma que hace que pilotos retirados vuelvan a competir pasada la cuarentena o la cincuentena, o que grandes campeones en su especialidad se animen a correr en otro terreno. Lo siento, pero eso también hace grande este deporte.
Es muy fácil opinar a toro pasado, pero Éric Boullier sabía muy bien que Robert necesitaba pasarse el día subido en algún tipo de trasto con volante, motor y cuatro ruedas, como también otros lo hacen, o lo sustituyen por actividades más o menos arriesgadas como el esquí o el triatlón.
Y es que hay que tener en cuenta que los pilotos de Fórmula 1 son probablemente de los pocos deportistas a los que se les prohibe entrenar durante casi tres meses al año. Por mucho simulador que haya, eso no satisface a quien ha podido rozar los 370 km/h reales, alguien a quien le ha picado el veneno de la velocidad.
Si aún se permitieran las jornadas de tests salvajes, quizás a Kubica ni se le hubiera pasado aún por la cabeza lo de los rallyes, pero a falta de pan, debía buscarse una buena torta con la que dejar de estar hambriento.
Y como aficionado, no me puedo quejar, ni ahora ni mucho menos antes del accidente, de su decisión, sino todo lo contrario: aplaudirle hasta que me sangren las palmas de las manos por tener la valentía de enfrentarse a terreno desconocido y con gran éxito.
Y digo éxito, porque lo de ayer fue una simple desgracia. Ni Robert era un piloto propenso a los accidentes, a pesar de la fama de los circuiteros en su paso a los rallyes, ni el golpe, aún a gran velocidad, fue para tanto (a pesar de los destrozos en el frontal, las barras aguantaron). Pero de por medio se cruzó un guardarraíl, algo totalmente fuera del control del piloto o de los mecanismos de seguridad.
¿No os quejábais de que los pilotos de F1 se habían convertido en monos de feria al servicio de los patrocinadores y los departamentos de prensa? Creo que no es hora de echarle en cara nada al polaco, que lo único que hizo fue seguir, como bien dicen en "El secreto de sus ojos", lo único que un hombre no puede controlar: su pasión.
Por eso estoy seguro de que Robert, sea cual sea su grado de recuperación, volverá a competir montado en un coche de carreras, sea en el Mundial de F1 o en un rallysprint regional.
P.S: Desde aquí le ruego a los compañeros de la prensa generalista que se abstengan de escribir o hablar de rallyes si no saben diferenciar un tramo competitivo de un tramo de enlace. Gracias.
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A pesar de que este no sea el post más adecuado, ¡Enhorabuena, Eloy! Acabo de enterarme y sospecho que solo puedes ser tú.
ResponderEliminarABAD
Totalmente de acuerdo con lo que dices!! Robert es un piloto como los de antes, esos que eran capaces de correr en F1, rallys o Le Mans.
ResponderEliminarTambién he realizado un articulo sobre el accidente en mi blog : motorconcocacola.blogspot.com
Un saludo crack!
Hola
ResponderEliminarSoy Gonzalo
Eloy muy buen articulo. A pesar de que no me parecio que estuviera corriendo rallys en plena pretemporada, entiendo tu punto y entiendo lo que sienten estos amantes de los fierros.
Me puedes explicar esa diferencia de hablar de un tramo competitivo de un tramo de enlace.
gracias
Entraste a la Sorbona o David hablaba de otro Eloy? si es asi felicitaciones!
Gracias a ABAD y Gonzalo, sí me han concedido la beca para irme a París :p
ResponderEliminarComo bien dice Kevin, Robert era un piloto "de los de antes". No veo sentido a las críticas de quienes hace no tanto criticaban que los pilotos de F1 se habían vuelto unos señoritos.
Sobre la distinción tramo/enlace, en rallyes hay tanto tramos competitivos, cronometrados, de un punto de control de salida a un punto de control de meta, como tramos de enlace, desde las asistencias hasta los tramos cronometrados, en los que se deben respetar las normas de circulación.
Bueno, pues algún iluminado dijo que Robert había tenido su accidente en un tramo de enlace, y por lo tanto acusándole de conducción temeraria. Lamentable.
Un saludo ;)
Soy Ferran (feresc13 en la red)
ResponderEliminarLamentablemente, este accidente dará argumentos a los detractores de que los pilotos profesionales hagan actividades de "riesgo" pues no hay que olbidar que seguramente se pase un año en blanco y para Renault es una pieza clave.
Ya, pero por un lado, todo esto ayudaba a que Robert rindiera luego mejor en pista, por simple mejor estado anímico, y de todos modos, gran parte de su actividad en rallyes era también una gran arma de promoción para Renault. Vamos, considero impagables las imágenes de Kubica en un Clio, o Kimi en un Grande Punto, desde el punto de vista del marketing...
ResponderEliminarMuchas gracias ;)
Si, pero ahora se estará casi un año en blanco en su actividad principal y por la que gana dinero, la Fórmula 1.
ResponderEliminarEn fin, lo hecho, hecho está, pero este accidente, que por definición es algo con el que no se cuenta, dará argumentos a los que no permiten que corran los pilotos de F1 más allá de sus monoplazas (pej en BMW).
Ferran