lunes, 19 de diciembre de 2011

Sobre Abraham, Caín y algunos falsos profetas

Lectura recomendada antes de leer este tocho.

Mi envenenamiento ha ido in crescendo en la última semana, hasta explotar en forma de insomnio dominical y verborrea incontenible en plena madrugada, ante lo cual no pude evitar agarrar el portátil y liarme a escribir. Sí, pensaba, cómo no, en Jaime Alguersuari, Toro Rosso, HRT y la prensa española.

No estoy aquí para engañar a nadie. No tengo dotes de adivino, ni manejo información privilegiada. Metí la pata con Romain Grosjean y dije que no le veía en Lotus la misma semana en la que se confirmó que pilotaría allí en 2012. Y también especulé con que Vergne y Ricciardo corrieran en GP2 minutos antes de que se confirmara su presencia en Toro Rosso la próxima temporada. Así que mi opinión se revela en muchas ocasiones equivocada.

Ahora bien, si leo algo, información pura y dura, no la escondo. Italiaracing adelantó el fichaje de Romain Grosjean por Lotus, y a los diez minutos lancé la buena nueva por Twitter. Y aunque admito y lamento que piqué como un gilipollas ante los falsos profetas que anunciaban que Jaime estaría en Toro Rosso en 2012, también os hice saber por la red social que, por ejemplo, los comentaristas de TF1/Eurosport Francia veían tanto a Buemi como a Alguersuari fuera de STR en 2012, o que mientras desde España se le postulaba como sustituto de Webber (antes de conocerse su renovación), en el extranjero sólo le colocaban en un asiento en Hispania Racing (cuando aún se dejaban llamar “Hispania Racing”, por supuesto).

Eso no es mérito mío, ojo, que yo soy un aficionado con un ordenador, como vosotros, y que como véis, mete la pata tanto como acierta: la información está ahí, y a buen seguro que algunos podrían seleccionarla mejor que yo. Además, me sirve para recordarme una vez más (soy muy tonto, de verdad) de quién debo fiarme y de quién no.

Por ello no puedo evitar reirme y cabrearme a partes iguales al ver cómo los mismos que anunciaban a bombo y platillo la continuidad de Jaime en Toro Rosso ahora le colocan en HRT, a modo de presión sobre Thesan (ruegos incluidos), como el malote del patio que tras mandar al quinto pino su pelota intenta quitarle con malos modos a otro la suya. Casi tanto como cuando leo que aparecen “fuentes misteriosas” para sacar a relucir los trapos sucios de Toro Rosso, y de paso enmierdar un poco a Ricciardo y Vergne. Total, en el fondo todo es Red Bull, y todo lo que sea criticar a Red Bull ahora está tan bien visto como lo era criticar a Ferrari hasta hace tres años...

Todos conocéis mi opinión sobre este affaire, pero lo voy a dejar aquí bien plasmado y expuesto. Grabado, para que así nadie me pueda acusar de chaquetismo, y que si alguien me quiere poner en una lista negra, que al menos lo haga con razón:

- Jaime no superó claramente a Buemi. Que sí, que le dio los mejores resultados a Toro Rosso. Y sí, superó a Buemi en la clasificación. Pero si nos olvidamos de que el equipo le hizo perder al suizo dos oportunidades clarísimas de puntuar por delante de Jaime (Japón y Abu Dabi), la película queda muy incompleta. Sí, ya sé que recordaréis la salida de Spa... No tengo una bola de cristal, pero desde luego hay que tener mucha fe para creerse que Toro Rosso mantendría el tipo en pista seca el domingo tras su buen nivel en condiciones mixtas el sábado, y más conociéndose el lío de cámbers que hubo aquel fin de semana.

- Jaime no tiene un mayor bagaje técnico que Buemi. Esta afirmación es quizá demasiado rotunda para algo que sólo conocemos de oídas. Pero la aprovecho para recordar que no todo en F1 son resultados y velocidad pura (aunque Buemi ganó la partida en calificación). Tardó medio año en entender los Pirelli, y aunque superar esos problemas tiene un mérito tremendo, sigue siendo un gran hándicap que crea dudas sobre sus capacidades de desarrollo en un corto espacio de tiempo como es el de la actual pretemporada. Entre eso y Webber, Red Bull siempre se quedará con la experiencia del australiano, que la velocidad ya la pone Vettel...

- Jaime no ha hecho un gran año. Basta, por favor. Las opiniones son como los culos. James Allen le pone en su Top 5, pues genial, pero no es algo como para llenar páginas de periódicos. También se saca pecho por la rueda de prensa en la que Whitmarsh, Brawn y Domenicali alabaron a Alguersuari... ¿Qué pretendéis que digan de un piloto que no es de su equipo en una rueda de prensa oficial de la FIA? Luego hace Autosport su encuesta entre Team Managers, y no está en su Top Ten, pero eso no compensa decirlo. La primera mitad de año pesa como una losa, por muy fácil que sea quedarse con sus últimas carreras, y aunque tenga su edad o menos, tras dos años y medio en F1, comparar los resultados de Jaime con los de los novatos Sergio Pérez y Paul di Resta no le supone ningún favor.

- No son ningunos novatos. Un cuarto año en Toro Rosso era excesivo, estaba claro. Algunos reprochan a Red Bull su tardía decisión “si tan claro lo tenían”. Es que no tenían por qué tenerlo claro. Desprenderte de dos pilotos a los que has amamantado desde jóvenes y que tampoco te han dado grandes motivos de deshonra (como Scott Speed, por ejemplo), no es una decisión fácil, y menos cuando uno de ellos tiene sólo 21 años. Veo normal que se hayan tomado su tiempo, se haya tomado la decisión en Faenza, Milton Keynes o desde Austria.

- Ni Jaime ni Buemi son el nuevo Vettel. Se le ha dicho de todo a Martin Brundle por esta obviedad. Pues estoy totalmente de acuerdo. Personalmente confiaba en que Jaime, por palmarés, pudiera destrozar al piloto suizo. No ha sido así, y me ha dejado bastante frío, sin carreras donde realmente diera un susto. Que sí, que el adelantamiento a Rosberg en Corea estuvo bien, pero hubo truco con los neumáticos, no pareció colocar su coche ahí donde no debía estar. ¿Que el Toro Rosso de Vettel no es el Toro Rosso de 2011? Si habláis de 2008, es cierto. Pero comprobad cómo estaba Toro Rosso en 2007 y lo que hizo “Fingerboy” con aquella basura de coche.

- Decir que Red Bull no quiso que Jaime probara su coche es una chorrada como un piano. Daniel Ricciardo y Jean Eric Vergne se montaron en el RB6 y RB7 porque en los tests de jóvenes pilotos no podían montar a Vettel o Webber, punto pelota. Si Jaime no hubiera debutado precipitadamente en 2009, hubiera podido participar en el primer test para rookies, en Jerez, pero como no fue así, ajo y agua. Pero lo que no iba a hacer Red Bull es, con las jornadas de pretemporada contadas, darle un día el volante del Red Bull al señorito. ¿Estamos tontos o qué?

- “Daniel Ricciardo no brilló en HRT”. ¿Cómo? ¿Pasar de perder seis décimas en calificación con Liuzzi a endosarle medio segundo y ser quien luchaba con los Virgin cuando las averías y los pinchazos lo permitían no es brillante? Insisto: ¿estamos tontos o qué?

- Ricciardo no es “el protegido” de Red Bull. Es probable que a Daniel se le tenga más estima en Red Bull porque tras venir desde Australia y sin tu familia siempre pegada a tí, le debe lealtad a la marca de bebidas energéticas. Una lealtad que Jaime a veces no ha respetado, ya fuera por sus declaraciones sobre su coche o por el incidente en los terceros libres del GP de Corea, cuando Helmut Marko le recriminó, tras quejas de Vettel, que entorpeciera el paso del alemán (y eso que en este caso defiendo al catalán). Por lo demás, Ricciardo no ha recibido un mayor trato preferencial que cualquier otro piloto del Junior Team. El preferido de Milton Keynes para su simulador en 2010 era su compañero en Fórmula Renault 3.5, Brendon Hartley, y a Helmut Marko no le tembló el pulso a la hora de echarle. También Jaime Alguersuari era “el preferido” cuando echaron a Sébastien Bourdais en 2009...

- Vergne no es ninguna hermanita de la caridad. Según Marca (...), Red Bull no quería a Jaime Alguersuari junto a Daniel Ricciardo por no destrozar al australiano. Por eso le ponen al lado al piloto que prácticamente le hizo perder las World Series en 2010, al realizar un mejor final de temporada (cuando llegó sustituyendo a Hartley) y negarse a seguir órdenes de equipo en la última cita del año, el mismo que destrozó todos los récords en Fórmula 3 Británica. Vergne no me parece un piloto para ganar títulos, le falta cabeza, a mi parecer, pero creer que le va a poner las cosas fáciles a Ricciardo, aún teniendo menos experiencia en F1, es demostrar no tener NPI.

- Ricciardo y Vergne no llegan por intereses comerciales. ¿Que ayudan? Claro. Pero Australia no deja de ser un mercado pequeño a escala mundial como para tener dos pilotos en F1 patrocinados por la misma marca. Y en Francia, aunque el Red Bull estuvo prohibido hasta la llegada de Sébastien Bourdais, Vergne no será quien marque diferencias cuando Dietrich Mateschitz ya tiene allí a Sébastien Loeb (el deportista más querido por los franceses, no lo olvidemos) y Sébastien Ogier. Sobre la burrada de que Vergne está ahí para potenciar un GP en París ya ni hablamos: los planes están muertos (por política y ecología) desde 2010 y quien lidera el proyecto del GP de Francia, para Paul Ricard, es Eric Boullier, así que para eso ya está Romain Grosjean... Como dije en Twitter, el único interés comercial que me vale para justificar esto es acelerar la llegada de un ruso (Daniil Kvyat) y un brasileño (Felipe Fraga)... y aún así de por medio está Carlos Sainz Jr.

Y llegados a este punto, toca hablar de salidas para Jaime Alguersuari. Sí, todo el mundo desea que acabe en HRT... ¿“Todo el mundo”? ¿De verdad? Somos un país tremendamente cainita, y la españolización de HRT emprendida por Thesan está llegando a un punto en el que se tendrán que pensar muy bien las nuevas incorporaciones, dadas las más que conocidas luchas internas que hay en nuestro automovilismo.

Hablemos más o menos a las claras: con Pedro de la Rosa a bordo, si el segundo piloto es extranjero, mejor. Aunque sea todo un gentleman, Pedro quiere ser al fín protagonista, retirarse de protagonista, y en esa ecuación no entra otro piloto español e incluso intuyo que hará todo lo posible por evitarlo, aunque ponga buena cara ante medios y aficionados. Por otra parte, ahí está Luis Pérez Sala, que tuvo a Jaime en el programa Joves Pilots, e intentará ayudarle. Pero del mismo modo que hay amistad con los Alguersuari, también hay ciertas rencillas entre el entorno (siempre el entorno) de Jaime y algunos integrantes importantes de HRT: la mentalidad cainita española.

Al final, Thesan deberá sopesar todas las opciones, y por ello es comprensible que se den tiempo (no les ha ido mal a la vista de cómo está el mercado de fichajes). Aún con dinero de por medio, si Thesan no actúa con mano izquierda aquello se puede convertir en un auténtico polvorín. Como aficionado y estudiante de periodismo, me froto las manos sólo de pensarlo. Como fan de HRT, la verdad es que me apenaría que desandaran todo lo andado (aunque añore el aspecto amateur y guerrillero que había con Hispania).

Me jode porque hace unas semanas planteé por Twitter que Jaime debía salir de Toro Rosso antes de que le echaran, aprovechar que aún quedaban huecos muy interesantes en parrilla (aún no se conocían los asientos en Lotus, Trulli está en la cuerda floja en Caterham, etc...), y de aquella aún se me decía que como en Toro Rosso, en ningún sitio... Sinceramente creo que Jaime tiene su sitio en F1, pero debe aprovechar este revés para reordenar su vida y volver más fuerte que nunca. Eso no se mide en notas de prensa. Y Dios aún está a tiempo de pararle los pies a Abraham.
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domingo, 11 de diciembre de 2011

Sobre una noche en las carreras (eléctricas)

(Sutton, perdóname por robarte esta foto)

Sí, aunque no lo parezca por el aspecto de este blog, todo lo contrario que el de mi Twitter, estoy vivo. Entre clases, días sin electricidad y días de depresión, no había sacado hueco, ni interés siendo sincero, para escribir un post decente por aquí. Pero bueno, ahí está el automovilismo siempre para levantarme el ánimo, y si la semana pasada me acerqué a la Boutique oficial del ACO en París para comprar algunas cositas de las 24h de Le Mans (anuario oficial de 1982 por 15€ incluido), este fin de semana tocaba acercarse a Bercy para la vuelta, tras una década, del Karting Indoor de Paris-Bercy.

Oficialmente se llama ahora ERDF Masters Kart, y el nombre tiene más importancia de la que parece, porque corrían con karts eléctricos desarrollados por Sodikart, y ello posibilitó el apoyo de varios patrocinadores que difícilmente se hubieran acercado al automovilismo de no ser por esta curiosidad (ERDF es el monopolio de la red eléctrica en Francia). Así que bienvenidos sean los coches eléctricos a nuestro deporte si con ello logramos patrocinadores nuevos, más aún si cabe en tiempos de crisis.

Además, no estaban tan mal de rendimiento. Quien viera el evento por televisión, tendría la impresión de que eran quizá algo lentos, pero las cámaras "se comen" la sensación de velocidad, algo a lo que ayuda además la falta de ruido de motores. Pero rápido, iban un rato: Tristan Vautier y Romain Grosjean se calzaron dos hostias como panes en sus primeras vueltas al circuito y, por la falta de ruido, se podían escuchar perfectamente las fuertes frenadas. Además, me imagino que el peso extra de las baterías aumentaba las inercias, de ahí que pareciera que los pilotos tenían que trabajar aún más para colocar el kart en cada curva.


(El periodista dice que se lo han capado. Y aún así...)

¿Que preferiría ruido y humo? Pues sí, pero la idea no es mala, y en los tres años de contrato que tiene Philippe Streiff con Paris-Bercy estoy seguro de que Sodikart seguirá mejorando el kart. Por eso, no me cabe duda de que la electricidad es el futuro, como mínimo, de estos eventos de post y pretemporada. Si la idea de llevar el automovilismo a las ciudades siempre es interesante por muchas razones (la primera, la cantidad de niños que ven por primera vez una carrera en Indoor. De hecho mi primera prueba de motor fue el Trial Indoor Ciudad de Málaga, cuando aún se celebraba en la Plaza de Toros de La Malagueta), el hecho de usar coches eléctricos permite que los patrocinadores se involucren para dar a conocer sus últimas innovaciones, y que el propio automovilismo muestre su lado más verde (en las pantallas del Palacio se mostraban tráilers del Formulec, por ejemplo, o del Smart eléctrico).

Así que, sí, se sufre al no escuchar ruido de motores (aunque sólo sea por tener que escuchar perfectamente al speaker de turno), pero por lo demás, fue divertido, y no me importaría tener que sacrificar parte de lo que conocemos hoy por automovilismo a cambio de asegurar su futuro. Además, al fin y al cabo mi primer coche fue un todoterreno de Feber... sí, con baterías eléctricas.

En cuanto al aspecto deportivo, empezaré por los Juniors. Faltó Nyck de Vries, que sigue acumulando kilómetros en Fórmula Renault 2.0 (que hay que vender que ganó en su primer año...), pero allí estaban Charles Leclerc (Nicolas Todt), Esteban Ocon (Gravity Academy) o Lance Stroll (Ferrari Driver Academy, lo cual, visto lo visto, es más sinónimo de "bluff" que de calidad). Sin embargo, a todos estos más o menos les conocía, y el que más me sorprendió, probablemente por ignorancia, fue el francés Dorian Boccolacci, también apoyado por Gravity.

No ganó ninguna carrera, pero la exhibición que dio en la segunda, saliendo octavo y colocándose segundo tras apenas una vuelta fue impresionante. De hecho, llegó a liderar la prueba, antes de que Ocon le diera un toque por detrás y le relegara al tercer puesto, para finalmente acabar segundo. En la Final, cometió un pequeño error y acabó tercero tras Leclerc y Ocon, pero sigue siendo una actuación impresionante para un chaval de 13 años (por mucha diferencia de peso que pueda haber)... Me quito el sombrero.

Otro que sorprendió, aunque en este caso entre los "Maestros", fue Olivier Lombard, que se sacó una vuelta increíble para lograr la pole por delante de Sébastien Ogier y el resto del invitados. Vale, no deja de ser un bolo de final de temporada, pero que un chaval de 20 años gane Le Mans en LMP2, y luego sea capaz de estas cosas es como para que se le tenga en cuenta en el futuro. Y pensar que compartía equipo en Fórmula BMW con Juncadella y Nasr y se comía los mocos. Al final va a ser verdad lo de que hay pilotos "de monoplazas", "de resistencia", etc...

De todos modos Lombard se fue diluyendo según avanzó la noche, víctima de lo que siempre ha sido Bercy: en palabras de Sébastien Bourdais, "una carnicería". De hecho, antes de cada semi siempre caía alguien en la vuelta de reconocimiento, incluyendo un toque entre Nicolas Hamilton y Romain Dumas después de que el hermanísimo calentara ruedas sin echar un vistazo por detrás. Otro que tampoco se libró de la carnicería fue Karun Chandhok: accidente en la primera curva de su semi, y toque con Dumas (que aún tendría tiempo de un tercer accidente, con Julien Jousse) y trompo en la salida de la repesca.

Curiosamente, los, a priori, dos grandes protagonistas de la noche pasaron totalmente desapercibidos: Romain Grosjean (que agradeció insistentemente a Total su apoyo...) sólo pudo ser séptimo, y Sébastien Loeb (tras la presentación más patéticamente chovinista que he visto en mi vida, cayendo del cielo en una plataforma donde ondeaban dos banderas tricolores) fue octavo.

Por el contrario, Sébastien Ogier a punto estuvo de aguarle (aún más) la fiesta, pues realizó tanto una calificación como una semifinal brillante, y sólo un toque recibido en la primera vuelta, que descolgó su parachoques trasero, le apartó del podio final, al acabar contra las protecciones... Otra curiosidad fue el pique entre Adrian Sutil y Paul di Resta en la "repesca", dándose toques al más puro estilo "Días de Trueno": ¿se jugaban acaso el puesto en Force India?



El vencedor fue Jules Bianchi, que tras una buena salida y deshacerse de Stéphane Sarrazin en las primeras vueltas, iba dando caza a Jean-Éric Vergne cuando el piloto del Red Bull Junior Team cometió un error y le dio vía libre al de Ferrari, resarciéndose así en cierto modo de la descalificación de la semana pasada en Brasil.

Lo último interesante que ví fueron las entrevistas al final del evento. Bianchi y Vergne son como la noche y el día, un poco como Grosjean (aunque en estos dos años ha progresado mucho) y Pic (el yerno ideal). Mientras que Vergne tiene ya club de fans, allí presentes, y sabía hablar y ser políticamente correcto, cuidando mucho su imagen, Jules parece mucho más ensimismado, y cuando le pusieron el micro delante sólo acertó a decir que "Todo ha estado muy bien... pero faltó ruido". Resumen perfecto, eso sí.
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martes, 18 de octubre de 2011

Sobre óvalos: orígenes, atracción y riesgos


Ya me jode no escribir en este blog sobre cómo me va la vida por París, mis aventuras (¿?) con las Vecinas o lo muy de culo que voy en la Universidad. Pero creo que no me queda otra que hablar de lo sucedido este fin de semana en Las Vegas, en la gran final de la IndyCar Series. Eso sí, no voy a hacer ninguna elegía de la figura de Dan Wheldon (para eso ya están los medios estadounidenses como SPEED.com, que le conocían de cerca), ni voy a hacer una recopilación de la vergonzosa actuación de los medios españoles, una vez más (si la queréis, en Twitter está).

Voy a hablaros de óvalos. Voy a intentar mostrar el porqué de su existencia, resumir dónde está su interés (porque lo tiene, de verdad), y enseñar que no, que no tienen ningún problema de seguridad, al menos que se salga de la norma.

Empecemos por donde hay que empezar, por el principio. ¿Por qué corren en óvalos en Estados Unidos? Yo tengo una hipótesis que cualquiera de vosotros me puede rebatir, pero que obviamente creo válida: el automovilismo en Estados Unidos se inició en hipódromos y zonas de tierra para el ganado en los terrenos de las ferias estatales o del condado de turno.

Así, no es difícil pensar que los promotores de las carreras en EEUU eran los mismos que organizaban carreras de caballos o rodeos, frente al caso europeo, en el que los periódicos organizaban carreras de un punto A a un punto B para así tener contenido con el que rellenar páginas durante días. Algo similar ocurre con el ciclismo, entre Europa y Japón. Mientras que en Europa lo más popular son las Grandes Vueltas (si bien la pista a principios de siglo, y el Ciclocross en Centroeuropa también gozan de gran caché), porque los periódicos las organizaban y promovían, en Japón la disciplina estrella es el Keirin, una especialidad sobre pista en la que hay apuestas sobre el ganador, como si de un hipódromo se tratase.

Aunque muy pronto en el siglo XX ya empezaron a pavimentarse los óvalos, o incluso enladrillarse (Indianápolis), esta tradición de las carreras en óvalos de tierra perduró hasta los años setenta al mismo nivel que sobre asfalto: en el calendario de monoplazas de 1970 aún se incluían pruebas sobre tierra, y famosas son las leyendas sobre AJ Foyt ganando con coches de dirt track en óvalos ya asfaltados. Hoy por hoy, el “dirt track” y el “American Open Wheel Racing” (monoplazas sobre asfalto) son dos disciplinas bien separadas, aunque la primera sirva en ocasiones de cantera para la segunda (o para la NASCAR, que ha ganado terreno a la hora de cuidar estas raíces).

La tradición sola ya basta para explicar por qué en Estados Unidos adoran los óvalos y odian, salvo cerca de ambas Costas, los circuitos ruteros. Pero también en sus orígenes hay otro aspecto que perdura hoy en día y que sigue atrayendo al público: las carreras se celebraban junto a una feria, y ése aspecto ludico-festivo para todos los públicos se sigue manteniendo, frente al automovilismo más ceremonial e incluso dramático que creció en Europa.

Así que tenemos a un público acostumbrado y atraído. ¿Cómo lo mantenemos? Dando carreras divertidas. Y divertidas no son sinónimo de peligrosas. Desde Europa, tenemos la percepción de que una carrera en óvalo es obligatoriamente una fiesta de accidentes y chapa. No niego que los hay, pero también es cierto que lo que aumenta tal sensación es lo mucho que sale el Pace Car. En realidad, sale por una mera cuestión de seguridad: cualquier elemento perturbador en pista es mucho más peligroso en un óvalo que en un rutero. Pero es cierto que, especialmente en la NASCAR, se ha abusado del Pace Car para incrementar la emoción y por motivos publicitarios (más coches de seguridad, más cortes publicitarios en televisión).

Lo cierto es que los óvalos no necesitan de eso para ser espectaculares. El primer secreto es que son mucho más baratos (si no haces chapa) que los circuitos ruteros, por lo que las diferencias entre equipos se reducen. El segundo es que la influencia de la aerodinámica, aunque ha aumentado con los años, sigue siendo menor que en un rutero y ello da valor al piloto: es él el único capaz de aguantar o no un coche en pista si le quitas ala. Esto tiende a confundirse con tener más o menos pelotas, pero también requiere una pericia que muchas veces no valoramos en Europa.

Siguiendo en esa línea, el piloto sigue siendo crucial porque debe saber adaptarse a las circunstancias cambiantes de carrera. En F1, la temperatura es importante para el funcionamiento de los neumáticos, y el viento para su velocidad punta. En un óvalo, el clima en general es clave, y una vez más es el piloto el que debe hacer frente a los cambios. No, no corren cuando llueve, pero el comportamiento de un coche con sol o con nubes cambia por completo, al igual que si el viento les da de cara, de costado, o lateralmente. Y no hablemos de la influencia de la humedad.

Baste como ejemplo la explicación de por qué todos esperan al último momento para hacer intentos de clasificación en Indianápolis: con sesiones de seis horas, la última hora, “Happy Hour”, es la ideal porque no sólo hay goma en pista, sino que la temperatura de la pista está al máximo, la temperatura ambiente ya se ha reducido favoreciendo la refrigeración de los motores, y encima a veces la humedad ayuda a que se alcancen velocidades realmente mágicas.

¿Y todo esto por qué habría de atraer a los espectadores? Pues porque permite igualdad de oportunidades, no siempre son los mismos los que tienen la mejor mano. Y ello da lugar a que auténticos “underdogs”, equipos pequeños, lleguen a una pista que conocen bien, y aunque tengan las mismas dos curvas que otros tres óvalos, sepan cómo es el clima, cómo evoluciona el asfalto, y se pongan arriba. Y si hay peraltes pronunciados que permitan coches en paralelo, la carrera pasa a ser épica, como en Chicagoland o Kentucky. Por eso la IRL ganó en Estados Unidos a la ChampCar, que tanto me gustaba y gustaba en Europa. Y por eso ante la perspectiva de tener tan sólo cinco óvalos en el calendario 2012, muchos aficionados de toda la vida, de los que llevan cincuenta años yendo a Indianápolis, no pueden sino hacerse el hara-kiri.

Ahora llegan las pegas. ¿Son un peligro tantos coches a tanta velocidad? Pues depende. Hace décadas, la velocidad sí era peligrosa, porque cualquier fallo del monoplaza, unido a la falta de medidas de seguridad activas o pasivas, te llevaba a la muerte. Pero la mayor parte de accidentes de este tipo se producían en solitario: los coches tenían velocidades tan dispares que no se apelotonaban, provocando los famosos “Big One” de la NASCAR.

Hoy en día, un accidente en solitario ya no es un (gran) problema. Aunque sufras un fallo mecánico, los pilotos llevan monos, casco, HANS (desarrollado en Estados Unidos, no lo olvidemos) y el cockpit es extremadamente resistente. Y los circuitos ya no tienen muros de hormigón, sino barreras SAFER, consistentes en paneles ligeramente separados del muro con acolchado, que amortiguan cualquier golpe. A mi juicio, mucho más seguro que los guardarraíles en circuitos permanentes como el de Abu Dabi, o los muros en otros muchos que sin ser urbanos o semiurbanos no deberían tener razón de ser.

Con esas medidas de seguridad, la velocidad tampoco plantea un enorme problema. Sí, decir que ruedas a 225 mph sigue poniendo los pelos de punta, e incluso ha habido problemas de mareos por las fuerzas G a esa velocidad (Texas 2001), pero hace veinte años las velocidades en Indianápolis eran mucho mayores, alcanzándose las 240 mph de media en la clasificación. Y aunque había pérdidas que lamentar, no eran ni mucho menos más que las de los últimos años, aunque los heridos graves sí fueran algo habitual al no haber ni HANS ni SAFER.

El problema viene cuando tienes tantos coches a una velocidad similar. Se ha acotado tanto el reglamento que todos van a la misma velocidad en cuanto la aerodinámica y los rebufos permiten suplir las carencias del piloto (algo más probable cuanto mayor sea el peralte). Y los accidentes de gravedad vienen cuando un coche catapulta a otro y éste vuela contra las barreras.

Para eso no hacen falta 225 mph, ni 180, ni 150. Basta con tener un par de coches similares, que uno rompa motor o se quede sin gasolina, o incluso frene antes de tiempo por cualquier circunstancia, y el otro no tenga tiempo de reaccionar. Y encima tenga la mala suerte de dar con su cabeza contra el muro. Y eso no ocurre sólo en un óvalo, también lo hemos visto en GP2 o F3000. E incluso en ciclismo en pista, con la desafortunada muerte de Isaac Gálvez. Porque Dan Wheldon no murió por la desaceleración, o por múltiples fracturas en su cuerpo. Murió por un “simple” traumatismo craneoencefálico.

Eso es una simple y pura desgracia. La culpa no es del organizador (Dan Wheldon aceptó correr desde el fondo de la parrilla por los cinco millones, como hubiera aceptado correr por nada, como ya hizo en Indianápolis), ni del premio (es FALSO que hubiera tantos inscritos por los cinco millones, aunque alguno se pase de listo y escriba esto. Los había por ser la última carrera con los chasis hasta ahora usados en la IndyCar), ni de los otros pilotos (¿había gente con poca experiencia? Sí, pero ningún novato en óvalos), ni de la falta de seguridad.

¿Que se pueden hacer mejoras? Por supuesto. El nuevo Dallara IR-12 llevará parachoques traseros para reducir la posibilidad de que un coche salga catapultado. Además, habrá motores (2012) y aerodinámica (2013) libres, por lo que los pelotones serán más reducidos. Y las barreras SAFER se van a rediseñar para que los muros no sobresalgan con respecto a las vallas. Además, a los propios comisarios de la IndyCar no les tiembla la mano a la hora de sancionar cualquier bloqueo en una maniobra de adelantamiento, por mínimo que parezca, conscientes del peligro que esto supone especialmente en un óvalo. Ni reglas de un cambio de dirección, ni gaitas.

Pero el piloto seguirá estando expuesto. No es cuestión de poner una cúpula o no, también ha habido fallecimientos en turismos. Al final cada uno sabe a lo que se expone, y aunque se seguirá trabajando en proteger a los pilotos, los mecánicos y el público, el riesgo está ahí y no sabes cuándo te espera. Por algo los últimos accidentes mortales en la IndyCar fueron todos en distintas circunstancias: accidente múltiple en carrera, accidente en libres, test privado a solas, intento de clasificación en Indianápolis. No nos podemos parar a pensar en una desgraciada casualidad, pues flaco favor le haríamos a la seguridad si no pensamos en mejorarla de forma global, y no en un sólo tipo de accidente.

La solución no está en dejar de correr en óvalos. Esa sería la solución de los ignorantes. ¿Saben ustedes que en los países del Norte de Europa consideran que los latinos somos unos imprudentes por organizar rallyes de asfalto? Sin embargo, es lo que hemos mamado desde siempre y nosotros consideramos que en Finlandia están locos por competiciones como la F-Cup, sobre nieve o tierra, con coches de dos ruedas motrices, y sin notas...

¡Basta ya de estúpidos etnocentrismos y de tirar piedras contra nuestro propio tejado! La clave está en seguir progresando, y el progreso no pasa por firmar otro acta de defunción: el de la IndyCar Series.
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martes, 4 de octubre de 2011

Sobre mi viaje relámpago a Haguenau

(Fotos cedidas por Róber Dias Botelho, ahora leeréis por qué...)

El pasado domingo estuve en Haguenau. Agnó para los francófilos, o Jáguenau para los pangermanistas de bigotillo sobre el labio superior, que sé que aún quedáis unos cuantos en la Costa del Sol.

Este pueblo de Alsacia sería uno más de los muchos que hay en Francia, que tanto odio: pueblos que no son lo suficientemente pequeños como para tener el encanto de los de casas blancas y bareto frente a la Iglesia que tanto he visto por Andalucía, pero tampoco lo suficientemente grandes como para satisfacer a un chico de ciudad como yo. Perdonadme por esta salida de tono, pero, aunque he visto algunos pueblos preciosos en Francia (en el sureste, entre Lyon y los Alpes), la experiencia del año pasado en Magny-Cours me marcó de por vida.

De todos modos, tenía estación de Cercanías, y eso me bastaba. Bueno, eso, y que allí nació hará unos 35 años un chavalín llamado Sébastien Loeb, y que en apenas unos años pasó de ser el típico macarra flipaíllo al volante de un GTi, para convertirse en el héroe local, sumando unos cuantos Campeonatos del Mundo de Rallyes. Supongo que os sonará el nombre...

Tras el vergonzoso traslado del Rallye de Francia de Córcega a Alsacia, justificado únicamente por el carisma de Loeb, el pueblo natal del héroe acoge siempre una superespecial, donde el año pasado logró su séptimo título... y aunque no quería hacerme ilusiones, tenía en mente desde hace tiempo acercarme de alguna manera hasta allí, aprovechando la cercanía de la estación de trenes. Se lo comenté a Charly y Félix en el GPCast de la pasada semana, pero no fue hasta el viernes, cuando en mitad de la clase de Sociología Política tuve que contenerme para no pegar gritos de alegría al ver a Dani Sordo colocarse líder del Rallye de Francia, cuando decidí que ATPC: por mis cojones que el domingo me iba a Haguenau.

Por 156€, me compré billetes para el TGV París-Estrasburgo, tras el cual cogería el TER (Cercanías) Estrasburgo-Haguenau. Y claro, no fui ni mucho menos el que tuvo la misma idea: tras levantarme a las cinco de la madrugada, y llegar más o menos justo a la Gare de l'Est, me encontré allí a otro tío que tenía también billetes para Haguenau: Róber, brasileño, un gran tipo que además me salvó el culo gracias a su cámara, después de que en un nuevo acto de estupidez supina por mi parte, me dejara la tarjeta de memoria en casa.

Tras dos horas de TGV, y media hora más de Cercanías, en la que pasamos por encima del tramo de Gravière de Bischwiller (me lo apunto para próximas ocasiones, que siempre será mejor que una Superespecial), llegamos a Haguenau cuando pasaba por el tramo el Coche 0. Es decir, más justos imposible. Por eso, y por la gran cantidad de público, tuvimos que ver de cualquier manera a Sébastien Ogier y Dani Sordo, pero terminamos por encontrar un hueco donde ver al resto de participantes.

Sobre la primera pasada, poco puedo comentar, aunque sí me gustaría recalcar que, en asfalto al menos, los S2000 parecen mucho más espectaculares que los WRC. Aunque no me cabe duda de que lo que hay tras el volante también importa: impresionaba ver a Ott Tänak y Juho Hänninen jugarse el cuello en cada curva. Luego, en otro apartado habría que colocar a Wilson, Block, Al Qassimi y Al Rajhi (con el 207 S2000 de Kronos), que al menos donde estaba yo colocado, se dedicaron a deleitar al personal.

Como Haguenau es un pueblo pequeño, una vez que se acabó la primera pasada, tuvimos que dar la vuelta a toda la superespecial para cruzar la pista, al no haber puentes o pasarelas ni abrirse al público el trazado. Eso nos permitió ver el ambiente que había por los alrededores, muy festivo a pesar de estar la gran mayoría encabronados con el abandono de Sébastien Loeb, pero supondría una gran putada más tarde...

Al final nos situamos más o menos frente a donde vimos la primera pasada, en la segunda curva tras la salida, donde además podíamos ver el cruce donde unos venían de la salida, otros iban a dar la vuelta, y unos terceros salían del tramo hacia la meta. Tras dos horas de espera, antes de iniciarse el tramo Sébastien Loeb salió a dar una vuelta con un DS3 Racing, y siendo entrevistado por la megafonía, arrancando los aplausos que Ogier no logró a pesar de su victoria... ¡Supongo que por esclarecer el cartel de “Tous avec Séb” que presidía la Superespecial!

Al rato salió el Coche 0, un DS3 R3T pilotado por el hiperespectacular Marc Amourette, que derrapó todo lo que no lo hicieron los WRC justo después... No voy a mentir, cuando ví a Ostberg pinchado por un más que probable bordillazo, se me iluminó la cara pensando en algún tipo de justicia divina, que permitiría que Dani Sordo lograra al fín su primera victoria en el Mundial de Rallyes. Pero no pudo ser...

Me queda el consuelo que Sordo fue probablemente el más aplaudido de entre los pilotos del WRC, algo a lo que contribuí al gritar bien fuerte “¡VAMOS DANI!” al pasar el Mini Countryman WRC por delante de mi por primera vez, a lo que los que estaban a mi alrededor respondieron con aplausos en lugar de mirarme mal. No sólo eso, sino que le volvieron a jalear cuando encaraba ya la meta. Todo porque no gane Ogier...

Abro paréntesis para el comentario “técnico” del día. A pesar de los buenos resultados cosechados en Alemania y Francia, el Mini se sigue viendo muy torpe. Al margen de la falta de potencia de la que tanto se queja Dani Sordo, el coche da muy mala impresión: si en test sobre tierra se veía que no tiene ni mucho menos el recorrido de suspensiones de los Citroën y Ford, en Francia eran los que más al descubierto llevaban los amortiguadores, con una altura exagerada por mucho que hubiera algunos metros de tierra por la mañana. Claro que todo esto lo comento desde mi punto de vista de “hinjeniero”.

También daba miedo cómo se “retorcía el chasis” (sic), o mejor dicho, cómo cabeceaba el Mini en frenada y a la entrada de las curvas. Tanto, que el Mini de Campana, blanco, alto y con ése desplazamiento de masas tan peculiar, parecía más un Delta S4 a cámara lenta que un WRC de 2011... Mucho van a tener que trabajar en Prodrive si quieren que este coche sea competitivo en tierra, por mucho que pretendan escurrir el bulto echándole las culpas a Munich...

De nuevo, los S2000 fueron los más espectaculares, con Juho Hänninen dando caza e intentando adelantar a Julien Maurin, aunque los mayores aplausos se los llevó un Twingo R2 local, que con problemas mecánicos apenas pudo acabar el último tramo del rally con varios minutos de retraso.

Con los participantes del Mundial ya fuera de la especial, había que esperar hora y cuarto para ver pasar a los del Nacional Francés, con Gilles Nantet líder del Grand National con su Porsche... Como el horario oficial indicaba que la especial no arrancaría hasta las 15:15, y mi tren partía a las 16:09 desde el otro lado de la superespecial, nos pusimos en marcha... cuando, ya lejos del tramo, oímos el brutal bramido del GT3. ¡Los cabrones de la FFSA habían adelantado la salida sin avisar, una hora y cuarto!

Eso nos hizo perdernos a Nantet, a Roche con el 307 WRC, y a Snobeck con el C4 WRC, entre otros, pillando yo un rebote de la hostia, a pesar de poder verlos luego en el Control Stop, donde Philippe Bugalski felicitaba a los participantes.

Nos quedó el consuelo de ver a los Twingo R2 y R1, además de algún Clio RS de la anterior generación, que iban como auténticas balas, y marcándose unas derrapadas de escándalo, cuando no levantando una o dos ruedas. A nivel de espectáculo, mereció más la pena el Nacional que el Mundial, aparte de los cinco de cabeza y los S2000... Que tomen nota en el RACC, sobre todo por darle interés a una tercera etapa que con 62 inscritos al inicio de la prueba, se puede quedar MUY pobre.

Antes de volver a Estrasburgo, no pude evitar comprar un poco de merchandising del rally, mi tercera prueba del Mundial tras Portugal y Catalunya, y la verdad es que no salía nada caro para ser oficial: 25€ un pack con camiseta, programa oficial, desplegable, cartel, placa de plástico a tamaño real, y pegatina bordada. Si sirve para apoyar a la organización, bendito sea...

Poco más puedo contar. El viaje de vuelta se produjo sin mayores problemas, dando auténtico gusto ver un TGV plagado de camisas de Michelin, Citroën y Ford, y en apenas quince horas ya estaba de vuelta en casa tras un día intenso... al menos lo suficientemente intenso como para quedarme dormido al día siguiente y faltar a las primeras tres horas de clase. Dura vuelta a la realidad.
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lunes, 19 de septiembre de 2011

Sobre fiestas y estudios

(Tenía que pasar la Technoparade por aquí...)

Se acabó el cachondeo: empiezan las clases. Pero antes, hubo tiempo este fin de semana de descubrir un poquito del París más festivo. El sábado, tras toda una mañana encerrado en casa, terminé acercándome con la Vecina I a la Technoparade.

¿Qué es eso? Bueno, es uno más de los tantos y tantos desfiles de música techno que se organizan por toda Europa (aunque el más famoso sea la Love Parade que tan mal acabó el año pasado), y que lleva celebrándose desde hace más de una década en París.


Aunque las actividades empezaban a las 10:30 de la mañana, no salimos hasta las 15:00, bajándonos del Metro en la Bastilla, por donde pasaba ya los camiones de mitad del pelotón, y además estaba todo ya lleno hasta los topes, por lo que decidimos irnos directamente hacia Place d'Italie, final de trayecto de nuestra línea de Metro y donde también debía acabar el desfile.


Tras un buen rato esperando (debían tardar dos horas en hacer kilómetro y medio), al final emergió de la nada una marabunta de gente, la mayor parte de ellos en estado lamentable, todo sea dicho, por si alguien se pensaba que lo de pillarse un buen pedo en la calle es una afición exclusivamente española. Eso sí, aquí lo hacen con mucha más clase: lo hacen sólo tras el permiso de las autoridades, y muchos, botella de Lambrusco (?) o champán (¡!) en mano.


El padrino de la Technoparade de este año era el francés Bob Sinclar, bien acompañado, que abría el desfile pinchando desde el camión Nº1 para así recordar su participación en la primera edición.


El lema de la edición de este año era “Indépen'danse”, como guiño a las revueltas árabes, y por ello Túnez era invitada de honor, con un camión dedicado a algunos DJ de aquel país, además de haber otro de Marruecos, con patrocinio racing incluido.


Por detrás, de todo. Desde un camión de hardcore pasando por delante de una iglesia, como podéis ver arriba, a un camión-jardín o un Mini clásico (hay muchos en París), pasando por delegaciones de distintas discotecas, tanto extranjeras, como locales, o de emisoras de radio, siendo uno de estos últimos uno de los que más gente congregaba.


De todos modos, una de mis mayores sorpresas fue ver este concept de Mercedes por allí. Y en lo que respecta a la decoración, sin duda alguna el más espectacular era el camión patrocinado por HP, totalmente equipado de LEDs y cámaras para grabar a sus numerosos seguidores. No en vano, en él pinchó David Guetta, aunque ¿afortunadamente? al llegar a nuestra altura no era él quien manejaba los platos.


También he de reconocer que me dejó pasmado la resistencia del mobiliario urbano parisino, dada la cantidad de gente que se subía a los semáforos, contenedores y paradas de autobus. Pero no dio tiempo para más fotos. La Technoparade seguía por la noche, con eventos en distintas discotecas, pero el destino curiosamente ya se encargaba de recordarme la que me esperaba (véase foto de portada)...

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Sí, hoy ha sido mi primer día de clase. Tampoco os puedo enseñar mucho, pero juro intentar hacerlo para la próxima, y así ofreceros contenido "exclusivo", ya que no sé si lo sabéis, pero salvo contadas excepciones, difícilmente podréis entrar a La Sorbona si no sois estudiantes o trabajadores.

La verdad es que una vez que entras por primera vez, lo comprendes. Los pasillos no son para tanto. Bueno, los de cualquier edificio histórico, válidos para perderse con facilidad. Pero es llegar al anfiteatro... Sí, porque aquí las clases son en anfiteatros de madera, con murales de época sobre las pizarras. Acojonante, sobre todo cuando uno está acostumbrado a los "edificios inteligentes" (sic) de la UC3M.

Llegaba con un poquito de acojone a clase, y este se incrementó cuando resultó que habían asignado el mismo anfiteatro (Émile Durkheim, uno de los sociólogos que me amargó en mi último curso de instituto) a dos clases distintas. Pero Comercio Internacional en Inglés se llevó la palma, y a partir de ahí la única dificultad fue intentar no perderse entre acentos franceses en inglés. Claro que viniendo de la Opción Bilingüe de la UC3M, aquello suena a gloria bendita.

Además, que un alumno no supiera lo que era el "Estado de Bienestar", suena mal decirlo, me dio la inyección de moral necesaria para no creerme menos que nadie de los que estaban por allí. Luego vendría la clase de Economía del Trabajo, con mucho cálculo y gráfico, pero bueno, eso no es más que cuestión de ponerme a revisar. ¡Al final lo que peor voy a llevar es lo de no tener Wifi en clases de tres horas! ¡Y ojalá sea así...!
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sábado, 17 de septiembre de 2011

Sobre mis líos vecinales y sociales

(Ojo, ahí va el tocho...)

Sobre los Erasmus hay mucho mito. Por el papel de España como país receptor de Erasmus a porrillo, que viendo el pésimo nivel de nuestra educación son capaces de tirarse un año de vacaciones y aún así aprobar el curso entero, y por los abusos de muchos estudiantes españoles que van al extranjero a sacarse lo que no pueden sacarse en su universidad de origen, ser Erasmus está mal visto. No hace falta que repita la cantidad de nombres alternativos que recibe esta beca, o lo que se creen muchos que nos tiramos haciendo todos y cada uno de los días de nuestra estancia en el extranjero...

Ya me gustaría que todo fuera tan fácil. Más allá del aspecto académico, del que hablaré la semana que viene, cuando haya por fin ido a clase, que se presenta bastante más complicado de lo que cualquiera se puede imaginar, no todo es jauja cuando estás de Erasmus. De hecho, como seas un tío parado, como lo soy yo, tendrás muchos días de estar encerrado en casa sin saber qué hacer y comiéndote el coco, preguntándote que qué coño haces en una ciudad como esta, y en pijama un viernes a las 1:20 de la madrugada, hora a la cual casi, casi que te meten en la cárcel por estar despierto como un gilipollas en tu cama...

Ojo, que no me quejo de estar aquí. Estoy seguro de que, salga como salga, la experiencia valdrá la pena, y siempre me podré refugiar en lo poco que se me quede de mis clases (me ciño a la promesa de hablar de esto más adelante, tranquilos), o en el pseudo-Síndrome de Stendhal que sufro al pasar por algún kiosko o librería. Pero también hay grandes momentos de soledad, acentuados por los ramalazos sociópatas que tengo de vez en cuando. Esto lo he vivido de forma bastante clara en los últimos días, tanto con mis dos vecinas españolas, que de ahora en adelante llamaremos Vecina I y Vecina II, como con otras personas que me he ido encontrando.

Sin duda alguna, la “mejor experiencia social” hasta el momento ha sido con la Vecina I. A la Vecina I me la encontré en el cibercafé-lavandería (tal y como lo léeis) que hay frente a nuestra Residencia. Debía imprimir unos papeles, y escuché que hablaba en castellano por teléfono. Cuando acabó, le pregunté que si era Erasmus. Efectivamente, no sólo era Erasmus y española, sino que además vivía en mi bloque, algo que “celebró” con el dependiente del Ciber, dadas las horas pasadas allí sin nada que hacer y quemada por el estado de su piso y la vagancia extrema de nuestro conserje. Tanto es así, que lo primero que hicimos al acabar nuestros quehaceres en el Ciber fue enseñarnos el uno al otro lo mal que estaban nuestros pisos...

Pero bueno, su desesperación iba “un poquito” más allá de la cantidad de mierda acumulada en su piso. Llevaba desde el domingo en París, y apenas había salido de su piso, levantándose y acostándose a horas surrealistas. Así, el jueves por la tarde me toca la puerta y me dice que está aburrida (joder, pues ha aguantado cuatro días...), y decido llevármela al Centro Comercial Italie 2, que está en la misma línea de Metro que sirve nuestra zona, para que así sepa a dónde ir cuando se aburra...

Al final, entre pitos y flautas, terminé haciéndole la excursión que ya hice el día que llegué a París: del 13ème al Panteón, esta vez pasando por la ultracomercial Rue Mouffetard, Sorbona, Île de la Cité, Rue Rivoli, Louvre, Jardin des Tuileries, sede de la FIA, y Campos Elíseos. De hecho, ella tenía tantas ganas de hablar con alguien (ni siquiera tiene Internet en su piso...) que incluso, después de la caminata de ocho kilómetros, cenamos juntos en una pizzería de por allí, antes de volver a la Residencia.

Y esta mañana, que se supone que tenía que venir gente de la Agencia para solucionar los desperfectos (finalmente hasta el lunes, nada de nada), nos pusimos a llorarle juntos, primero al cartero, y luego al cacho-vago del conserje. Con escaso resultado, dicho sea de paso.

Ella se supone que tenía que ir a un picnic a Versalles con más Erasmus, y yo debía asistir a la reunión de mi Universidad para los Erasmus (en el próximo episodio...), pero cuando volví, ya estaba en su piso. Se equivocó de punto de quedada con los españoles (ay, que me lol), se fue a Versalles sola, y ya estaba de vuelta... Así que nada, otro paseíto vespertino, esta vez, el que ya me hice para la última entrada del blog, por el Parque de la Villette, y eso sí, también parte del 19ème, al otro lado del Canal de l'Ourcq. También intenté solucionar lo de su Internet, pero eso parece Misión Imposible...

Claro que no todas mis relaciones sociales (apostillo lo de “sociales”, cabrones) han sido tan fluidas. Lo más normal es que directamente, hayan, o pasado de mi, o huido de mi, y la verdad es que no sé qué es lo que me asusta más.

El primer caso se dio cuando fuí a hacerme el Carnet Universitario, ya que en la cola para entrar en la Universidad, me encontré con que dos chicas delante de mi hablaban en español. Les pregunté si eran españolas. Lo negaron. Y ahí se quedó la cosa incluso después de ayudarlas a coger el ascensor. Aún en estos momentos me pregunto qué hice mal...

El segundo tuvo lugar cuando volvía de los Campos Elíseos con la Vecinita I. Como comenté, la RATP anda renovando las estaciones de la Línea 1, entre ellas la de la Bastilla, y para hacer trasbordo allí, directamente tienes que incumplir con la señalización de la estación... No lo recordaba, a pesar de haber pasado ya por allí, y al parecerme haber oído a un grupo de chicas hablar en alemán, me animé a preguntarles en su idioma que si sabían dónde estaba la Línea 5. Me respondieron que tenían el mismo problema. Les dije que iba a intentarlo “por ahí”. Ví que no era por ahí, y cuando volví, cinco segundos más tarde, ya se habían esfumado. Evidentemente, cuando llegamos al andén de la Línea 5, estaban allí, pero nos ignoraron por completo. ¿Será que asusto a la gente?

Es cierto que parte de culpa sí que tengo... Por ejemplo, con mi comportamiento en la reunión Erasmus. Llegué el primero, veinticinco minutos antes de tiempo, pero a pesar de ir viendo llegar a la gente, no me atreví a preguntar ni saludar a nadie por si también eran Erasmus... Y cuando al final de la reunión, creí reconocer a gente de la UC3M, a pesar de no conocerles por ser de Economía ellos, me limité a hacerles un par de preguntas sobre temas burocráticos, y me fui de la forma más discreta posible, váyase que a alguien se le ocurra preguntarme que por qué no voy al cocktail de bienvenida Erasmus... Ya sabéis, mis miedos a los eventos de este tipo...

Pero más “gordo” fue lo de la Vecina II. Desde el mismo día en que llegué, sospechaba que había otra española en el bloque, por los nombres que había en el buzón (a veces me doy miedo con este tipo de actuaciones propias de acosador...). Pero evité indagar más por si se trataba de nombres de gente que estuvo el año pasado aquí. Hoy, hablando en el pasillo con la Vecina I, abrió la puerta una chica, que se despedía de otro chico, y nos saludó con un “Hola”. Claro que vete tú a saber si nos saludaba con un “Hola” por ser francesa pero saber español, o si era española, o quécoñovoyasaberyosobrelavidadelosdemásyaúnmenoslevoyapreguntarcuandosedespidedeotrapersona.

Finalmente la presentación tuvo lugar por la noche, cuando, tumbado en mi cama, oigo varias voces en español, y decido vestirme, y salir al pasillo, para gritar “¿Sois todas españolas y vivís aquí?”, para que acto seguido la Vecina II, con cara de circunstacias (“¿Y este tío qué hace aquí?”, más o menos), me dijera que aquí sólo vivía ella. Sólo acerté a decir que había salido al oír gritos en español, añadiendo un punto de desesperación a mi actuación de enajenado mental. Pero es que hay que estar en una situación así para saber cómo actúa la mente de quién está deseando poder hablar...

Al final resulta que un Erasmus es mentalmente más agotador de lo que la gente piensa.
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jueves, 15 de septiembre de 2011

Sobre mi barrio y algunas cosas más

(Me han rayado la cara porque no podían soportar lo guapo que soy...)

Aunque todavía no he empezado las clases, sí que me ha tocado ir y venir de la Universidad alguna que otra vez (y las que quedan) para seguir solucionando mi papeleo. Por eso, ya he logrado mi Carné de Estudiante Universitario, y sólo me queda elegir al fin mis asignaturas, lo cual debería ocurrir este viernes... a la misma hora que la semifinal del Eurobasket...

Como ya comenté en la anterior entrada, la llegada a mi residencia no ha sido precisamente idílica, con un conserje que nunca está en conserjería, y si lo está, parece estar en otro mundo, y la mitad de las cosas de la habitación sin funcionar correctamente (el agua caliente ha vuelto, pero los hornillos siguen igual y la toma de antena de la TV está de decoración).

El único consuelo que me queda es que no soy el único en la misma situación, pues al tener que ir al cibercafé-lavandería (sí, leéis bien) que hay frente al portal, para imprimir papeleo, me encontré a otra española de Erasmus y viviendo en la misma planta que yo. Casi, casi que me puedo sentir afortunado, teniendo en cuenta que ella no tiene ni electricidad ni Internet en su piso, y encima le han dejado el baño asqueroso... Y no, no voy a comentar nada del hashtag que os habéis sacado de la manga (#lavecinadeEloy), cabrones XD

Pero bueno, como sigo teniendo bastante más tiempo libre del que me gustaría (algo que se puede acabar, si como me temo, me dan jornadas de clase de 8 a 19h...), he podido hacer un pequeño reportaje sobre "mi barrio", el 19ème arrondissement.

Empiezo por mi calle, donde hice un par de fotos, separadas por apenas unos treinta metros, para ilustrar lo que ya comenté la semana pasada: por un lado, los negocios musulmanes como este Hammam; por otro, la calle judía, con tiendas que bien podrían ser patrocinadores del Maccabi por sus nombres, e incluso una agencia de viajes especializada en turismo en Israel. En parte, mola lo de vivir en una zona multicultural (no me atreví a hacer fotos en el Centro de Acogida, eso sí...), pero también fastidia un poco lo de que las tiendas te dejen tirado los viernes y sábados...


Otra curiosidad en mi calle es que hay otro monigote como el que me encontré en el puente camino de Aubervilliers. Resulta que la ciudad está plagada de ellos (me encontré otro junto a mi facultad, muy apropiado dado el entorno arquitectónico, ya veréis en una próxima entrada), y se trata de obras de un artista (?) llamado Invader, que hará trece años comenzó a llenar París de personajes recordando la estética de los videojuegos setenteros-ochenteros. Sea o no arte, la verdad es que te entretienes buscándolos.

Pero bueno, os dije que os iba a enseñar el barrio. Aunque el urbanismo y la arquitectura no forman parte, ni de lejos, de mis mayores aficiones, algo si recuerdo haber oído en el colegio de que, bajo el poder de Napoleón III, el Barón Haussmann se encargó de renovar toda la ciudad, una labor que duró prácticamente toda la segunda mitad del siglo XX (y que creo recordar que se puede leer en "La Taberna" de Zola).

Así, echaron abajo prácticamente todo el legado medieval del centro, la ciudad absorbió las poblaciones dentro de la Muralla de Thiers, y se dedicaron a construir anchas y largas avenidas que atravesaran toda la ciudad (para el que le interese, que mire aquí). El 19ème Arrondissement forma parte de esos "pueblos" adquiridos, e incluso tiene Ayuntamiento propio, que podéis ver aquí debajo.


Con la renovación, todos estos "pueblos" se vieron atravesados por bulevares y avenidas que sirvieran de acceso y salida de la ciudad. De hecho, mi calle es una paralela a la Avenida Jean Jaurès, una larguísima recta que va desde la frontera con el 10ème Arrondissement hasta la Puerta de Pantin. Cuando digo Puerta, que nadie piense en ningún monumento tipo la Puerta de Alcalá. Supongo que en su momento habría una gran puerta, pero la muralla que separa el París "intramuros" de los pueblos de alrededor hace tiempo que no existe, y hoy en día simplemente hay un paso bajo la ronda de circunvalación, o Périphérique, que parece estar siempre en obras.


Junto a esa delimitación, entre las Puertas de Pantin y la Villette, está el Parque de la Villette, llamado Parque por llamarlo de alguna manera. En realidad es una enorme explanada, cortada por el Canal de l'Ourcq.

Allí solían estar los mataderos, cuya estructura se ha conservado, y en los años ochenta se aprovechó para usos culturales. Así, allí están la Ciudad de las Ciencias y la Industria (aquí más, por si os parece pequeña), con su famosa Geoda, la Ciudad de la Música, un teatro, la sala de conciertos Le Zénith (que debía ser temporal, y lleva 25 años allí), un Convervatorio, y bastantes esculturas modernas. Además están construyendo un nuevo recinto para la Filarmónica de París, de ahí tanta grúa.

Si queréis mi opinión, no me gusta mucho, ya que hay poco verde, y parece un lugar bastante caótico al mezclar tanto edificio moderno con algunas casetas que aún se conservan de su pasado... Por eso, prefiero el Parque Buttes-Chaumont, detrás de mi casa, que es donde suele ponerse la gente a hacer deporte. A ver si la pierna me deja de doler del todo y retomo el #iron_nerd. De todos modos, hay que admitir que al menos el Parc de la Villete rompe con los alrededores, fieles seguidores del Satanismo Arquitectónico que tanto gusta al gran Vicisitud y Sordidez.


Y para cerrar, una ronda de curiosidades... Aquí un cartel que me encontré en la plaza del Ayuntamiento. Como ya os dije, mi barrio está plagado de calles con referencias bélicas, y en este caso esto es una réplica del cartel que se pegó por todo Londres tras el discurso del General de Gaulle el 18 de Junio de 1940. Ya sabéis lo querido que es De Gaulle por estos lares...


También me ha resultado curiosa la gran cantidad de McDonald's que hay por aquí. Creo que son cuatro en un kilómetro, junto a un Quick (habrá que colaborar en el pago del asiento de d'Ambrosio en Virgin...) un Domino's Pizza y un Pizza Hut. Y yo que pensaba que Francia era uno de los países más reticentes a la comida rápida.


Y por último, los carriles bici. Sé que algunos de vosotros me váis a matar, especialmente si me lee Chicho, pero en una semana ya he estado a punto de ser atropellado dos veces. Aquí los carriles bici están todos pintados sobre las aceras. Y claro, cuando estás leyendo, jugando con el móvil, usando el MP3, o simplemente haciendo fotos, como que no te enteras de por dónde vas... pero bueno, me está sirviendo para que me recuerden los insultos más habituales en francés.

A ver si para la próxima os puedo enseñar mi facultad. Que nadie se piense que voy a estudiar en edificios medievales y llenos de historia. Me quedé muerto al ver el edificio... pero eso será la próxima.
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jueves, 8 de septiembre de 2011

Sobre la llegada y mi modo guiri


Para quien lo dudase, sí, al final llegué sano y salvo a París. Antes, hubo que coger el AVE Málaga-Madrid, recoger unos papeles de la Universidad, ver a un par de amigos a los que espero ver antes del año que viene, y sufrir el trenhotel Francisco de Goya. Y digo bien sufrir.

Que estuviera en un estado deplorable, me lo esperaba, del mismo modo que tampoco podía pedir milagros de los llamados "asientos superreclinables". Pero las diversas paradas sin explicación por todo el País Vasco, incluyendo una de cuarenta minutos en Hernani, terminaron por convertirse en un retraso de una hora sobre el horario previsto de llegada.

Acojonado, llamé a la persona que debía darme las llaves del piso para avisar del retraso. Finalmente llegué antes que ella, para una espera que finalmente no sirvió de nada: no traía la llave del portal. Por suerte, alguien nos abrió desde fuera, y empezamos la inspección.

Por lo visto, un perito debe hacer un resumen del estado del piso antes de la entrega de llaves. Y digo bien piso, porque aunque vivo en una residencia, es más bien un portal donde todos somos estudiantes, y cada uno va a su bola... Sobre la habitación, tengo poco que decir. Lavabo rajado, uno de los hornillos no funciona, no hay agua caliente, y además, queda mucho trabajo por hacer, pero bueno, es lo que hay.


Terminada la inspección, indagué dónde podría comer, para luego irme hasta la Maison Internationale de París 1 a solucionar todos mis problemas académicos. La verdad es que, cuando llegué allí, y ví a una docena de estudiantes extranjeros tan perdidos como yo o más, me acojoné. Pensé que me iban a despachar de cualquier manera, dejándome con el culo al aire.

Nada más lejos de la realidad. Tras unos minutos de espera, pasé al despacho del responsable Erasmus. Sólo un saludo, sin presentación ni nombres, le bastó para saber quién era yo: prefiero no saber cómo lo adivinó... De todos modos, no me puedo quejar ni mucho menos.

Esta persona se portó de maravilla conmigo, y tras comprobar que hablaba francés de forma más o menos fluida, y explicarle que pasé un Bac Económico, aceptó intentar meterme como estudiante de Económicas, en lugar de Artes Plásticas. A pesar de que no había sitio libre, logró convencer a sus colegas por teléfono, y gracias a él ya he dado un pasito más en esta aventura del Erasmus. De acuerdo, los dos años de Economía que llevo de retraso son una invitación a que acaba con el culo reventado, pero sinceramente prefiero esto y acabar con la sensación de haber aprendido cosas valiosas de cara al futuro.


Con el tema académico ya encarrilado, tenía toda la tarde del miércoles para hacer el guiri por París. Así que pasé del 13ème arrondissement, al 5ème, visitando el Panteón (puto dedo) y la zona de Derecho de La Sorbona; crucé el Sena, y tras girar a la izquierda, pasé por el Louvre, el Jardin des Tuileries, la Plaza de la Concordia (con parada obligatoria en la sede de "los Canteros" XD), y finalmente los Campos Elíseos.


Tras acordarme brevemente de la canción que nos hicieron aprender en el colegio, me puse a buscar los concesionarios de la Avenida. A ver, no es que no me interesen el resto de atracciones que hay allí, pero para ser el primer día, es un buen comienzo: Citroën, donde me encontré una maqueta a escala real del DS3 WRC y me compré la autobiografía de Guy Fréquelin; Renault, plagada de todos sus concepts eléctricos; Toyota, prácticamente vacía al estar realizándose otro evento en el Grand Palais a esas horas, creo que con Yaris idénticos venidos de todos los departamentos franceses; Peugeot y Mercedes.

A las 18:00 ya empecé a tener miedo por lo difícil que sería cenar cerca de casa, además de sufrir los dolores ya habituales en mi pierna izquierda (aunque viene a ser lo normal tras cascarse 7,8 kilómetros por el centro de París, un #iron_nerd en toda regla), así que tomé el Metro para volver a casa. Un Metro, que aunque es cierto que está algo más descuidado que el de Madrid, aún en plena renovación, me gusta mucho, con una gran frecuencia de trenes que hace rápido cualquier viaje. A ver si me saco pronto la Carte Imagine-R...

Al final, tocó cenar sandwiches kosher. Y es que mi calle es un poco particular: los primeros números son más bien musulmanes, los últimos, judíos ultraortodoxos. Y frente a mi portal, lo que parece un centro de acogida para subsaharianos... De todos modos, no me quejo: la parte judía tiene una gran variedad de tiendas de alimentación, y cenar por 6€ es como para no quejarse. Además, deja estampas curiosas, como el típico kinki de extrarradio con kipá. Le faltaban, eso sí, los orillos y las mechas rubias para recordarme a los canis españoles. Qué lástima.

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Me levanto a las 8:30. Es día de compras. Primero, parada en una panadería para comprarme una "vienesa con pepitas de chocolate". Luego, compra matinal de prensa: si ayer ya encontré Auto-Hebdo y Échappement, hoy tocaban Échappement Classique, Compte-Tours y Kart Mag. Además, me llevo L'Équipe con France Football... sin darme cuenta de que se trata de una promoción del periódico del martes. ¡Ouch, alguna novatada tenía que pagar!

Paso al súper. Compro reservas para el desayuno, ya que el fin de semana promete ser largo, además de los indispensables (agua, papel) y una papelera, que la habitación está demasiado desprovista de todo. También me paro en la farmacia, donde pido una esponja. Me preguntan que si la quiero para bebés o para niños... Ejem... La mujer me mira raro, supongo que los dos añitos casi sin hablar francés cuestan.

Tras volver a la habitación, me decido a seguir completando el mobiliario, algo para lo cual decido irme hasta el Centro Comercial Le Millénaire, estrenado el pasado mes de Mayo, y que es actualmente el más grande de Francia. Está en Aubervilliers. Parece una gran excursión, pero la realidad es que me he ido andando, puesto que está justo al lado de la ronda de circunvalación (que se cruza con un puente que preside este curioso mosaico) que separa el París "intramuros" de la "banlieue", que es lo que realmente hace enorme a esta ciudad.

Como el metro sirve mal aquella zona, me voy andando. Tres kilómetros ida, tres vuelta. Parada en la Fnac, donde me quiero llevar todo (ediciones especiales de Michel Vaillant, incluida una sobre Prost y Senna, libros sobre automovilismo, guías para novatos en rugby, etc...). Al final me llevo un libro de dopaje. ¿Soy demasiado tendencioso? Bueno... Me hice la pregunta "¿Qué es lo que hay aquí y no voy a encontrar jamás en España?", y me respondí eso.

También he visto una TV de plasma de 90€, pero visto el paseíto que me esperaba, preferí llevarme cosas más indispensables: perchas, una lámpara de mesa, dado que sólo hay una luz en el techo de mi cuarto, una lámpara de las que se pegan en la pared, vasos, y ropa de cama. Y me apunto lo de la tele para este finde, obviamente.

De vuelta, tuve la oportunidad de conocer un poquito mejor mi barrio. Además de su multiculturalidad, me sorprendió ver la cantidad de calles y avenidas cuyos nombres están dedicados a la IIª Guerra Mundial... y obviamente, a batallas (Stalingrado, Crimea) que Francia no ganó... Por romper, me hizo gracia esta otra callejuela, que porta el nombre de la esposa de quien cedió los terrenos para su construcción.

Además, tuve la oportunidad de sufrir lo que es tener un puente levadizo en tu barrio... Espero que no tenga muchos encontronazos con él, ¡porque vaya suplicio! Pero si este es uno de los mayores problemas que me encuentro por aquí, bendito sea... ¡Y perdón por el tocho!


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jueves, 1 de septiembre de 2011

Sobre mudanzas, alquileres y Erasmus

(Voici ce qui m'attend... j'espère!)

Cinco meses después, creo que ya es hora de retomar el blog. Aunque creo que habrá que darle otro enfoque. Nada de cambios estéticos, ya sabéis los que me conocéis, que eso no es lo mío (cateaba sistemáticamente Artes Plásticas, lo cual no deja de ser una paradoja, viendo la que me espera...), pero sí habrá cambios en cuanto a los temas que trataré por aquí.

Sí, ha llegado el día. Me voy de Málaga para emprender, posiblemente, la mayor aventura de mi vida. Aunque algo en mi sigue lamentándose de haber elegido más por contentar a mis padres que por escoger un destino de entre los que realmente me apasionaban (Praga, Kaunas), ya he dejado de tener la sensación de que me voy a casa del vecino y siento las mariposas en el estómago (debidamente liberadas periódicamente en el WC).

Ya he estado tres veces en París, además de otra más en Lyon, y habiendo estudiado en el Liceo, es cierto que las cosas son algo más fáciles. Pero no por ello dejo de tener un poco de miedo ante la que me espera, y más tras cómo se ha complicado todo lo que podía complicarse...

Finalmente incluyo una aventura dentro de la aventura. Dado que esto es prácticamente una mudanza en toda regla, y en los aviones, a precio razonable, el peso del equipaje está tan limitado, iré en tren hasta París. AVE Málaga-Madrid, y luego tren-hotel desde Chamartín hasta la Gare d'Austerlitz. No es que sea lo más práctico del mundo, pero con el maletón que suelo llevar y el precio más que aceptable que tiene el viaje (180€ gracias al siempre socorrido Carnet Joven), pues como que no me importa iniciar la aventura de esta manera tan atípica.

El alojamiento ha sido otro gran caballo de batalla estos últimos meses. Finalmente me quedaré de nuevo en una residencia, privada, en el 19ème arrondissement. No es un barrio de alto-standing precisamente, como ya pude comprobar hará unos cinco años, cuando fui a visitar la Ciudad de la Industria y la Ciencia, situada en Porte de la Villette (“porte”, puerta del París intramuros, como el propio nombre indica), pero mejor estar en París-París que en un pueblo de la periferia... con todo el cariño del mundo a Leganés y Getafe, ¡ojo! A fin de cuentas, no debería tardar más de cuarenta minutos en llegar a mi universidad (espero).

Y el último desafío, aún sin resolver, es el de la universidad. Finalmente soy estudiante de Artes Plásticas. Bueno, no lo soy, pero así me han aceptado en París 1 – Panthéon-Sorbonne. Sin embargo, la carta de aceptación no llegó a Málaga hasta el 15 de Julio... día en que la universidad cerraba por vacaciones, a lo cual se sumaba que la dirección de correo electrónico del profesor delegado de tal departamento me devolvía todos los correos que le enviaba. Así, me voy a plantar por aquellos lares sin asignaturas confirmadas. Y si no me solucionan este problema, me temo que hasta Enero me esperan unas vacaciones MUY caras... Desde luego, todo lo que había leído sobre la lentitud de la burocracia francesa, rivalizando codo con codo con la española, se confirma, desgraciadamente.

Por lo demás, estos últimos días en casa no dejan de ser los de todo universitario cuando el inicio del curso se aproxima: ordenar el cuarto en casa de tus padres, colaborar en las tareas domésticas que prometiste que harías en casa, y que has retrasado hasta el último día, peleas sobre si lleno una maleta con ropa de verano, de invierno, de cama o de baño...

Poco más puedo decir. Comienza la aventura, rumbo a otra jungla de asfalto, aún más grande que la que conocía hasta ahora. Aunque quién sabe qué me espera por allí, algunos incluso decían que París tiene playa bajo los adoquines...

P.S: No me olvido del automovilismo. Aunque Francia es una de las patrias del deporte, París tiene muy poquita actividad motorística, pero algo se intentará. Por lo pronto, hay una subida de montaña, la Finale de la Copa de Francia de Slaloms, y la vuelta del Karting Indoor de París-Bercy, esta vez con karts eléctricos.

Y pensando a lo grande, el TGV hace milagros si me atrevo a ir al Montecarlo o Le Mans. Ojalá. La pena es que mi queridísima madre ya me ha amenazado sobre la cantidad de revistas máximas a traer de Francia.
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viernes, 1 de abril de 2011

Sobre este blog

(No está muerto, pero casi casi que de parranda...)

Antes de nada, quería daros las gracias a todos los que os acercáis últimamente a este blog. Como habréis visto, ha sufrido un parón de dos semanas de inactividad. No voy a poner ninguna excusa, pues la verdad es que no me arrepiento. Y me explico.

Hace un año, cuando abrí este blog, no me podía ni imaginar estar en la posición en la que estoy ahora. Internet en el fondo me lo ha dado todo, teniendo en cuenta que hace una década me pasaba las tardes con la única compañía de un televisor, siendo incapaz de establecer relaciones de ningún tipo con nadie.

Afortundamente, y aunque sigo teniendo algún trazo sociópata, hoy en día he logrado mantener contacto con gente de todo tipo, muchos de ellos conocidos a través de Internet.

Por ello, me veo obligado a mantener este blog, si bien no puedo asegurar una gran actividad en los próximos meses. La razón es sencilla. Me he embarcado en el proyecto de GrandPrixActual.com, donde además de noticias, vamos a tratar de publicar regularmente artículos un poco más elaborados, además de tener una pequeña columna en la revista.

A eso se suma el que sea más que probable que en Septiembre me mude a París, con todo lo que ello conlleva, aprovechando la beca Erasmus que se me concedió hará un par de meses.

Así, os pido perdón por no respetar las entradas regulares en este blog. Ojo, éste seguirá en pie. También necesito un lugar donde desahogarme, lejos de los corsés de un medio serio, y seguiré haciendo spam de GPCast por aquí, pero desgraciadamente los parones de actividad seguirán siendo frecuentes por estos lares.

De todos modos, sabéis de sobra que el contacto se mantiene tanto a través de las webs en las que colaboro, como en Twitter. Pero a los que únicamente entráis aquí, al menos os debía esta explicación. Espero que la ausencia de posts siga siendo buena noticia, parafraseando el dicho.
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GPCast Nº031 & 032


Toca colgar las dos últimas entregas de GPCast, tanto la previa como la posterior sl GP de Australia. Me temo que os podréis echar unas risas con las predicciones que hicimos sobre la degradación de los neumáticos Pirelli, al igual que las que hicieron algunos invitados de excepción...

En el 032 por el contrario tratamos de analizar lo ocurrido en Melbourne, pero también en otras categorías, pues ése mismo fin de semana tuvimos la prueba del Mundial de Rallyes en Portugal, la primera carrera de la IndyCar Series en St. Petersburg, NASCAR, y bueno, las cositas que siempre nos buscamos para estar entretenidos. ¡Ojalá os gusten!


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viernes, 18 de marzo de 2011

Sobre los llamados rallyes de resistencia

(Jorge Recalde, un habitual del Rally de Argentina "largo")

Si soléis escuchar GPCast, os habréis enterado gracias al último de la pequeña crisis que vive el Mundial de Rallyes al respecto del calendario para la temporada 2012. Como viene siendo desafortunadamente habitual ya, los intereses de la FIA y los de las marcas son diametralmente opuestos. Y lo que es peor, esta vez es la FIA la que tiene razón... al menos en mi opinión.

Como bien sabréis, uno de los principales objetivos de Jean Todt durante su mandato al frente de la FIA es renovar y recuperar el Mundial de Rallyes, y por ahora se puede decir que el francés está teniendo cierto éxito, especialmente si obviamos decisiones discutibles como la de la muerte por decreto de los S2000 o las restricciones en la entrada de fabricantes de neumáticos.

Ahora el caballo de batalla es la longitud de los rallyes puntuables para el Mundial y su localización. Así, a la habitual batalla por reducir el calendario, en la que hay que satisfacer intereses de las marcas, tradición de la prueba, y calidad de la organización, se suma el aumento de kilometraje que Jean Todt quiere provocar, para así recuperar parte del espíritu de los rallyes.

La idea, según se ha filtrado, sería combinar rallyes al sprint en dos etapas (como Finlandia), pruebas de tipo medio, con tres o cuatro etapas, y rallyes de resistencia pura y dura de cinco etapas y gran kilometraje (hasta 800 kilómetros), llegando incluso a atravesar varios países.

Precisamente es este último modelo el que no le hace ninguna gracia a los equipos oficiales. Si bien Petter Solberg se ha mostrado encantado con la idea (y sus razones tiene...), en Citroën y Ford ya han puesto el grito en el cielo.

El primero en quejarse, ni más ni menos que Sébastien Loeb, declarando más o menos que si el futuro de los rallyes es eso, que él ya se hizo un Safari y bastante tuvo. Pues nada, el francés verá. Soy uno de sus máximos defensores, pero si se niega a este tipo de cosas, no hará más que dar la razón a quienes dicen que no es un gran campeón. Uno de esos (creo que todos pensamos en los mismos) jamás diría que "si puedo estar un día más en casa, mejor".

Otros que tendrían mucho que callar son los de Ford. Gerard Queen, a quien le agradezco enormemente que atienda a los fans por Twitter, pero que obviamente se limita a defender el chiringo de Wilson, ha venido a decir que si montan rallyes largos y lejanos, la FIA se va a cargar los equipos privados... Y yo me pregunto, ¿qué privados? ¿Los que van a un rally como de veraneo, esperando encontrarse la carpa y el coche ya montados por M-Sport? ¿Realmente nos interesan?

Me cuesta entender tanto rechazo. Más allá de si formo o dejo de formar parte de ése grupo de aficionados románticos que echan de menos rallyes de otra época, la idea me parece brillante. No sólo deja a los organizadores libertad absoluta para escoger el esquema que más les convenga, sino que permite también rentabilizar los desplazamientos: si hay que ir a Argentina, a las marcas les será más rentable a nivel publicitario pasar también por Uruguay que cruzar un único país, y al aumentar el recorrido ofreces tanto más kilometraje por menor coste, como más posibilidades para que los privados puntúen, al tratarse de rallyes más duros.

Además, al cruzar varios países, se resuelven algunos de los problemas de calendario. Por ejemplo, Suecia pretende tener toda una etapa en Noruega (algo que Solberg u Ostberg aplauden hasta sangrar), por lo que se matan dos pájaros de un tiro. Otro tanto ocurriría en Sudamérica, como podría ocurrir en México y EEUU, o como se pretende de cara a 2013 en Polonia y los países bálticos. Por no hablar de la tan deseada vuelta del Rally Safari...

Sí, un rally de este tipo es más costoso que uno de los actuales, pero si con ello se logra reducir el calendario a doce pruebas, y los privados tienen opciones reales de ir a hacer "su rally" y terminar llevándose premio... lo siento mucho, esto es lo que hay, y a quien no le guste, que se vaya. O al menos esa es la postura que debería adoptar la FIA.
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jueves, 17 de marzo de 2011

GPCast Nº030 - "Rumbo a Australia con la mente en Japón"


Inevitablemente, no hemos podido apartar la mirada de los sucesos acontecidos en Japón, pero aún así, una semana más hemos repasado la actualidad del mundo del motor en GPCast.

En esta entrega, tratamos de vislumbrar cuál es la situación de la parrilla antes del inicio de la temporada 2011 del Mundial de F1, tras lo cual hacemos un repaso de las noticias en rallyes, circuitos y EEUU, además de una breve previa del Mundial de Turismos y las 12h de Sebring. ¡Espero que lo disfrutéis!
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domingo, 13 de marzo de 2011

GPCast Nº029 - "¿Órdenes de equipo a mi?"


Llegamos a la entrega número 29 de vuestro podcast semanal del motor, esta vez un poco en cuadro debido a las ausencias de David Plaza y El Lince del Paddock, si bien Félix nos atendió desde el Circuit de Catalunya durante la celebración de los últimos test de pretemporada de F1.

Así, Carlos Barazal y yo nos encargamos de repasar la actualidad de los deportes de motor, con especial atención a lo acontecido en el Rally de México, razón del peculiar título de esta semana. ¡Ojalá lo disfrutéis!
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martes, 8 de marzo de 2011

Sobre Nitro y el WRC

(Me voy a morder la lengua un poco...)

He preferido guardar un tiempo prudencial antes de publicar cualquier tipo de crítica contra Nitro por su cobertura del Mundial de Rallyes, como ya me mordí la lengua tras el Rally de Suecia, pero lo sucedido este fin de semana creo que no merece mayor protección hacia el Grupo Antena 3, si bien escribo esto más como carta abierta a los responsables de Nitro, que como crítica salvaje.

Sí, se agradece que adquirieran los derechos, y que así el Mundial de Rallyes se siga emitiendo en abierto en este país, al igual que el hecho de que nos emitan en directo la Power Stage, pero uno no puede entender de ninguna de las maneras cómo, tras haber hecho esto, lo más difícil, Nitro eche por tierra toda su labor.

Lo que no es posible es que ya desde antes incluso de ver la audiencia que logran con los resúmenes del Mundial, los programadores de Nitro decidan colocarlos de madrugada, como ocurrió con la Previa de Suecia: a las 1:15 de la madrugada, y con media hora de retraso por el fútbol. Todo ello, un jueves.

Si encima llega el Rally de México, y tienes que esperar al sábado a las 2:30 de la madrugada (de sábado a domingo) para ver el resúmen ¡DE LA PRIMERA ETAPA!, con su media horita de retraso debido a una película erótica, y en la retransmisión del último tramo en directo te meten ¡TRECE MINUTOS DE ANUNCIOS DURANTE LAS PASADAS DE HIRVONEN Y LOEB!, lo siento, pero lo único que puedes hacer siendo un rallyfan, es sentirte ofendido.

Ya no es que el locutor principal tenga unas obvias carencias en cuanto a conocimiento en materia de rallyes (personalmente, en estos dos rallyes sólo ha demostrado saber que Kimi suele pegársela y que Luis Moya era un gran copi), es que encima Pipo López no está al nivel mínimo exigible para alguien que acude a Nitro como experto en el Mundial de Rallyes (obvio lo de "la persona que más sabe de rallyes en este país" por la risa que ello me produce viniendo de una persona que es capaz de titular "Solberg irá a Pikes Pike").

Así, el producto ofrecido es de ínfima calidad, y aún haciendo el esfuerzo de aguantarlo por el amor que le tenemos a este deporte, debemos soportar cagadas como la de la publicidad, que escapan a toda lógica empresarial, teniendo en cuenta que si estableces una pauta única en cuanto a publicidad en tus cuatro canales, lo suyo es que los cortes dependan de quien ofreza el mejor contenido, y en ése momento Nitro era la única cadena que emitía en directo. A buen seguro no le hizo ninguna gracia a Citroën España emitir los spots de su DS3 mientras los aficionados nos perdíamos a Sébastien Loeb en acción.

A ello se suma el pitorreo de emitir anuncios del Mundial de Rallyes mientras nos perdemos a Hirvonen y Loeb, o el hecho de emitir un cierre en falso directo sin la más mínima disculpa, y por lo tanto, respeto hacia el sufrido y cabreado espectador.

Me ahorro los insultos, que hay muchos apropiados para este caso, y espero que esta entrada llegue a quien deba llegar. Y si no, que luego no se extrañen si nos descargamos los resúmenes de Internet, mucho más rápido, cómodo y con comentarios realmente especializados, por mucho que los resúmenes precocinados de North One sigan dejando mucho que desear.
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